La luz es algo esencial y transcendental que nos llama la atención desde pequeños, despertando nuestra curiosidad y cautivando nuestra atención a través de sus brillos, reflejos, colores, destellos… Por ello, nos iniciamos en la aventura de desarrollar un proyecto lleno de magia para nuestros niños y niñas en el que poder ver, oír y sentir bajo la pedagogía de la luz.
«La luz da a los ojos el poder de la mirada, que estimula y enriquece la experiencia de los artistas y arquitectos, quienes la usan como su materia prima.»
Terry Farrel1
No contábamos con ningún espacio sensorial para llevar a cabo nuestras instalaciones y sesiones, hasta que un día uno de los pasillos por los que pasábamos a diario nos dio la brillante idea… ¿y si lo convertimos en un pasillo sensorial de luz negra?
Así comenzó la transformación, con un espacio que aparentemente estaba «vacío» y sin posibilidad de luz, al que fuimos dando vida con muy pocos elementos, de forma económica y, sobre todo, con mucha imaginación y ganas de crear.
Comenzamos por delimitar el espacio, colocando en cada uno de los extremos del pasillo dos cortinas para evitar la filtración de luz.
Estas cortinas las creamos partiendo de recursos muy económicos y asequibles: dos barras extensibles con polietileno negro (un material manejable y fácil de limpiar). En cada uno de los extremos de las cortinas pusimos velcro para adherirlas bien a la pared y así evitar cualquier entrada de luz. Por último, colocamos los fluorescentes de luz negra en el techo para que la magia comenzase a surgir.
Y… ¡comenzó la magia! Inaugu-ramos este nuevo espacio con una instalación de luces de Navidad, vivenciando un teatro de luz negra con marionetas hechas con materiales fluorescentes, con el cual nos emocionamos, bailamos y nos llenamos de color pintándonos con pintura de cara luminiscente.
Así iniciamos las aventuras por nuestro pasillo mágico, creando provocaciones con elementos fluorescentes, invitando a los niños y niñas a jugar, experimentar y crear dentro de un ambiente artístico, donde surgen experiencias reales que dan lugar a aprendizajes, y en las que nuestros peques son los verdaderos protagonistas.
Además, este nuevo espacio nos brinda la oportunidad de trasladar actividades de clase, potenciando la motivación de niños y niñas, captando y focalizando su atención a través de la luz y del clima que se genera junto con un acompañamiento musical.
Es un espacio accesible y de libre uso donde cada docente del centro puede realizar sus implementaciones y experiencias, basadas en sus intereses, temáticas…, lo cual lo convierte en un espacio de juego excepcional.
«Todos los aprendizajes más importantes de la vida se hacen jugando.»
Francesco Tonucci
Sara Alcocer y Eva Iglesias, maestras
de infantil del CEIP Teresa Berganza
en Boadilla del Monte, Madrid.
Nota
1. Gardner, C., y R. Molony (2002). Luz. Reinterpretación de la arquitectura. México: McGraw-Hill.