En su libro Nueva ilustración radical (2017), la filósofa Marina Garcés plantea desde el preámbulo un reto muy provocativo: «¿Y si nos atrevemos a pensar, de nuevo, la relación entre saber y emancipación?». Hacia el final del libro lo concreta más: «Nuestro principal problema es, entonces, redefinir los sentidos de la emancipación y su relación con los saberes de nuestro tiempo. ¿Qué saberes y qué prácticas culturales necesitamos elaborar, desarrollar y compartir por una sociedad mejor en el conjunto del planeta? Parece una pregunta ingenua, pero cuando las humanidades pierden el vínculo con esta cuestión se convierten en meros conocimientos de textos sobre textos y mueren.» Si se traslada este gran reto filosófico al ámbito de la educación básica, creo que se podría reformular así: ¿por qué aprendizaje debería apostar la escuela contemporánea?