La escuela infantil Céspedes y el Espacio Familiar, ubicados en el borde de dos barrios multiculturales de Barcelona nos traen su ejemplo de sensibilidad, formación y compromiso con su entorno.
Años de reflexión, acción y debate de todo un colectivo que no para de crecer. ¡Qué regalo!
Las familias en el momento de la crianza son altamente sensibles y vulnerables. Es un momento de apertura a la vida, de cambio y transformación. Como seres relacionales que somos, en estos momentos necesitamos el apoyo, el sostén del otro. Para que todas las vivencias, sentimientos y emociones que afloran puedan compartirse en lugar de ser vividas en soledad, pueden ser escuchadas sin juicio.
Ya François Doltó reflexionó al respecto en el París de finales de los ‘70, creando las “Maisons Vertes” y que, hasta el día de hoy, siguen vivas en su esencia en diferentes ciudades del mundo con los Espacios Familiares.
Espacios que acogen a madres y a padres con sus hijos e hijas en el momento de crianza, ofreciendo un espacio donde se posibilitan las relaciones de todas las personas que forman parte. Se han ido adaptando a la realidad y necesidades de cada pueblo, cada ciudad y también, porqué no decirlo, a lo que los dirigentes políticos están dispuestos a invertir en la primera infancia y familia.
Como seres humanos, estamos viviendo en un momento en el que se prioriza la acción, el hacer, la actividad, por encima de las necesidades auténticas del ser humano. Y este extremo de estar sólo hacia afuera, nos desconecta de nuestra sabiduría, de nuestro conocimiento interno, y nos lleva a un YO cada vez más alienado e individualista.
Nos gusta la idea de que los Espacios Familiares son unos “espacios como de encuentro alrededor del fuego”, rememorando algo tan ancestral como es “la hoguera”, un momento para parar, para mirarnos, para escucharnos y expresarnos, un momento de conexión en torno al cual compartir vivencias, emociones, dificultades, apoyos,…
La población de Sant Adrià de Besòs cuenta con un Espacio Familiar Municipal donde las familias con niños menores de cuatro años pueden encontrarse y compartir un tiempo juntas.
Los niños y niñas encuentran un espacio preparado con distintos elementos de juego, que van explorando y descubriendo a su ritmo. En todo momento, les acompaña la mirada y la presencia de su madre, de su padre. Al mismo tiempo, van estableciendo diferentes relaciones con el resto de niñas, niños y adultos.
Les acompañamos dos profesionales, dos acogedoras, sosteniendo todo lo que sucede en este campo de relaciones que es el Espacio Familiar, dando la bienvenida a todo lo que surge en cada sesión con nuestra mirada, nuestro ser y estar. Desde quiénes somos y el camino profesional y de vida recorrido. Con nuestro saber. Con nuestro sentir. Con nuestro cuerpo.
Un muy querido maestro nuestro dice: “¿verdad que los deportistas calientan antes de cada partido o competición? También lo hacen las bailarinas y bailarines. Si no lo hicieran se podrían, sin duda, lesionar. Pues así también, las personas que acompañamos en los espacios familiares, hace falta que “calentemos” antes de acoger a las familias, para hacerlo desde lo mejor de nosotros.
Este “prepararnos para recibir a las familias” está tanto en el cuidado de nuestro “interior” como en el cuidado del espacio. Convencidas de verdad del sentimiento de “lo que está dentro, está fuera” cuidamos los tiempos de pararnos y escuchar “¿cómo estoy?”, para poderme sentir y conectar en el momento presente. Acogernos para acoger. Respirar y hacer presentes a las familias que recibiremos, por ejemplo, recordando antes de cada sesión a cada una de ellas.
Dos consignas sencillas y al mismo tiempo significativas, acompañan a la familia al inicio de cada sesión: Quitarse los zapatos y guardar el teléfono móvil. Dos consignas muy simbólicas para conectarse, enraizarse en el presente y estar disponible.
En una sesión, una madre, en el segundo aniversario de su hija, le surgió recordar el momento del parto. Conectó con todo lo que sintió en aquellos momentos tan inmensamente intensos, revivió sus emociones, esta vez en compañía, y en un espacio donde la escucha estaba disponible y lo vivido en soledad pudo ser compartido y, acogido.
En otra de las sesiones, una madre compartía con el grupo cómo se sintió al llegar a casa con su bebé tras el parto en el hospital. No fue una buena experiencia y estaba agotada, decaída, sin ganas de hacer nada. El bebé no paraba de llorar y ella… también. Todas sus compañeras del grupo preparación al parto iban diciendo por whatsapp que estaban encantadas y felices, que era la experiencia más maravillosa que habían tenido en la vida. Ella, aún se derrumbaba más, sintiéndose mala madre por pensar que no podía más con el bebé, que quizás se había equivocado al tenerlo,…el hecho de poder compartirlo con el grupo hizo posible que el resto de madres se sincerasen y se permitieran reconocer que eran unos sentimientos compartidos por todas ella…
Las vivencias en torno a la crianza hacen de nexo de unión. Poder expresarlas, sentir que son escuchadas desde la empatía y el no juicio, en un entorno sereno y respetuoso produce un efecto de reconocimiento, de sentirse sostenido, un efecto de apoderamiento interno como madres, como padres, a la vez que crea un sentimiento de conexión y aceptación de la diferencia entre los modos de ser familia.
Generar un espacio donde esto sea posible es lo que da todo el sentido al espacio familiar. De la misma manera, en situaciones cotidianas, ingeniosas, el humor y las risas acompañan también algunas situaciones de crianza compartidas
Acompañar a las familias desde este lugar nos ha llevado a recorrer un camino personal y profesional, gracias a la disponibilidad y generosidad de todas las familias que forman parte de la historia de estos 15 años del Espai Familiar Céspedes.
También forman parte de esta historia, nuestra historia, los diferentes profesionales que nos han acompañado, supervisado, formado y sostenido desde su experiencia y sabiduría.
Agradecemos a todas las personas que hemos ido encontrando a lo largo de nuestro camino y que nos han hecho ser quienes somos: Elia Martínez-Cava, Rosa Vidiella, Montse Fabrés, Sílvia Morón, Sònia Kliass, Carme Amorós, Guillem Salvador, Carme Solé, Carles Parellada, Xavier Gimeno, Verónica Antón, Cris Gamo, Carles Porrini, Aurora Beltrán, Mª José Lorente, Concepció Giner, Olga Fernández, Jesús Oliva
Un agradecimiento especial a la APEFAC
(Asociación de Profesionales de Espacios Familiares de Cataluña)
Pilar González Rof
Quiteria Martínez Martínez-Cava
Acogedoras. Espacios Familiares Municipales JM Céspedes
Sant Adrià de Besos Barcelona