Hace ya varios años que el alumnado de Educación Infantil de Jakintza Ikastola de Ordizia (Gipuzkoa) tiene huerta. En un principio se plantaban las hortalizas solo en primavera, pero el curso pasado, tras evaluar dicha actividad y tomar parte en el seminario de huerta escolar de la zona, dinamizado por Goimen1 e Ingurugela,2 se decidió extender el trabajo a todo el curso escolar y obtener así productos de distintas temporadas. Ello ha requerido su reorganización por áreas, para facilitar las actividades de los pequeños. Muchas madres y padres se han involucrado activamente en ese trabajo.
Actualmente, en el proyecto de la huerta participan ocho grupos de niñas y niños de tres a cinco años, que si el tiempo acompaña le dedican una hora a la semana. Al principio de curso han trabajado en la preparación de la tierra, en la compra de planta de temporada en el mercado, en la plantación y la siembra, en el riego… Estas actividades se desarrollan bajo la supervisión del profesorado, pero el proyecto necesita la colaboración de toda la comunidad educativa de la ikastola. Y este es un mensaje que ha calado hondo en muchos padres
y madres. Las andereños (maestras) Miriam y Juani y cuatro madres y padres nos han explicado en qué consiste esa colaboración.
La decisión de ampliar el proyecto de la huerta a todo el curso escolar se tomó tras la visita de las niñas y niños de cinco años a la huerta de la Fundación Ekogune de Kutxa en Donostia. Miriam recuerda que, tras ver aquellas instalaciones, se dieron cuenta de que la huerta de Jakintza estaba desaprovechada. Hasta entonces, las familias de los niños y niñas del grupo de cinco años ayudaban en la preparación de la tierra y solo se plantaban lechugas, tomates y vainas, que se recolectaban antes de las vacaciones de verano. «Al volver en septiembre, la huerta estaba en muy mal estado», comenta la andereño Juani. La huerta de todo el curso se puso en marcha en septiembre, pero en los meses siguientes se dieron cuenta de que era muy incómoda para niños y niñas, especialmente cuando llovía y había barro. Por eso, pensaron que había que organizarla de otra manera. Tras tomar parte en un curso específico de formación, convocaron a las familias a una reunión de información y tuvieron una agradable sorpresa. Más de veinte madres y padres estaban dispuestos a colaborar en la reestructuración de la huerta, y así en octubre se iniciaron los trabajos.
Las familias también han colaborado dando consejos y proporcionando materiales, tales como maderas, baldosas… El trabajo en torno a la huerta también ha servido para que madres y padres se conozcan.
La nueva huerta de Infantil de Jakintza ya está en marcha. Tiene forma de U y está dividida en cuatro espacios. «Se ha buscado la funcionalidad y la comodidad para los pequeños», explica Juani, que comenta que además ha quedado muy bonita. También han construido una pequeña cabaña para guardar las herramientas. Ya se han plantado unas pocas plantas. Dentro de poco tiempo las niñas y los niños podrán llevar a casa puerros, cebollas…, que han plantado, cuidado y recolectado entre todos.
El objetivo principal de la huerta es que todos los niños y las niñas disfruten y que se conciencien sobre la importancia de la naturaleza. Pero ahora se ha sumado un objetivo más, que no es otro que mantener el grupo de madres y padres que se ha formado en torno al proyecto. Ainara, Joseba A., Joseba R. y Ugutz son algunos de esos padres y madres. Los cuatro coinciden al señalar que ha sido una experiencia enriquecedora y se les nota que están orgullosos con el trabajo que han realizado.
Ainara señala que, al recibir la solicitud de colaboración por parte de las profesoras, se sintió tentada desde el primer momento y que no quiso desaprovechar la oportunidad de ayudar y mostrar así a las criaturas que también son parte de la ikastola. Joseba, que no es natural del municipio, vio la oportunidad ideal para conocer a otros padres y madres, además de ayudar en un proyecto con cuya filosofía está de acuerdo: «Mediante la huerta las niñas y los niños aprenden buenos principios: la necesidad del trabajo para recoger la cosecha, buen principio para la vida». Joseba R., por su parte, explica que el trabajo más importante, la preparación del huerto, ya está hecho y que, ante la premura necesaria planteada por las profesoras, enseguida se consiguió el material necesario. Y Ugutz añade que «además, ha quedado muy bonita y práctica y ha provocado la curiosidad en la etapa de Infantil. El trabajo cooperativo ha dado sus frutos entre madres y padres, y mantener ese espíritu será nuestro desafío en el futuro».
Nuestros objetivos con la huerta han sido:
- Promover el trabajo en grupo y la comunicación y, sobre todo, el disfrute en grupo de niños y niñas en un entorno natural.
- Impulsar hábitos alimentarios saludables.
- Tomar conciencia de la necesidad de la intervención humana para que la tierra produzca frutos.
- Conocer los productos de temporada y aprender el vocabulario relacionado con el tema.
- Experimentar el proceso vital de las plantas y educar en el respeto hacia ellas.
Jakintza Ikastola de Ordizia
mcalvo@jakintza.net
Adaptación del artículo original: Edurne Huesa, Ingurugela de Legazpi e-huesa@euskadi.eus
Notas
1. Goimen: Asociación de Desarrollo Rural del Goierri.
2. Ingurugela (Innovación Educativa del Gobierno Vasco).
Bibliografía
Revista Jakintzazu de Jakintza Ikastola: http://jakintza.eus/2015/12/18/azken-jakintzazu-kalean-da/Jakintza ikastolako baratza (vídeo)