Nos pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo, por lo tanto la calidad y cantidad de sueño se relacionan directamente con una buena salud y calidad de vida. Cada vez son más las evidencias de la influencia de los trastornos del sueño en el desarrollo físico, cognitivo, emocional y social de los niños y las niñas. De la misma forma, no se puede ignorar que es el origen de una importante fuente de estrés familiar.