Los 100 lenguajes de la infancia. El valor de la diversidad en los lenguajes de la infancia

Alexa Ximena Sánchez
Las propuestas de acción que se plantean en las escuelas han de acoger y dar respuesta desde la diversidad a todas y cada una de las individualidades de las que se componen los grupos, para que todos los niños y niñas de 0 a 6 años puedan encontrar su propia voz también en la expresión plástica.
Los niños y niñas de 0 a 6 años tienen derecho a encontrar en la escuela infantil un lugar que apoye su crecimiento y aprendizaje. Ese crecimiento y aprendizaje es diverso en tiempo y forma en función de las múltiples características individuales que nos hacen diferentes unos de otros. Será el reconocimiento a esas diferencias individuales que constituyen los grupos, el lugar donde la diversidad encuentre el marco natural para el desarrollo del proyecto educativo de cada escuela.
Esto supone que los profesionales rompamos con metodologías, contenidos o propuestas homogeneizadoras, en las que solo es posible una respuesta o acción válida por parte de los niños y niñas, generando contextos cotidianos de enseñanza y aprendizaje que no solo acepten las diferencias individuales como consustanciales a los grupos, sino que hagan que esta pluralidad encuentre canales para expresarse.
Las propuestas vinculadas a la expresión plástica son una buena oportunidad para poner al alcance de las criaturas iniciativas, observaciones, experiencias… sugerentes que contribuyan a que cada uno y una de ellos se acerque desde su individualidad.
Los niños y niñas podrán encontrar sus propios caminos en la medida en que la escuela ofrece propuestas de acción que les dan la libertad para dar una respuesta heterogénea, sin buscar la reproducción de modelos estereotipados. La homogeneización de las propuestas pensando que así se les brindan las mismas oportunidades de aprendizaje a todos, no es más que pasar por alto la diferencia entre igualdad y equidad. Es generar distancia entre la infancia y la creatividad y las numerosas posibilidades de expresión que nos ofrecen las propuestas artísticas.
El papel de las docentes y los docentes pasa por arriesgar, ser valientes y atreverse a salir de los caminos ya trillados, ayudando a que cada criatura descubra las múltiples oportunidades que se esconden en cada propuesta, en cada material. Potenciar la diversidad de respuestas a una misma pregunta… y a múltiples preguntas, pues ni siquiera todos tienen por qué plantearse la misma. No es buscar que los niños y niñas tengan la posibilidad de representar lo mismo de maneras diferentes, si no de que ni siquiera todos tengan por qué representarlo. Es construir la escuela como un lugar donde tiene cabida la diversidad de la sociedad, atendiendo a esos ciudadanos pequeños, que no por ello menores.
Se trata, en definitiva, de entender la diversidad como eje organizador de la actividad educativa en la escuela infantil. Ofrecer múltiples propuestas para la expresión, con diferentes soportes, materiales, agrupamientos, momentos… para que cada cual encuentre su manera.
Hay diferencias en cómo un niño o niña se expresa en una propuesta individual o en una colectiva, por ello es importante que en la escuela se organicen propuestas en diferentes agrupamientos, pasando de las individuales a las de pequeño grupo y a las colectivas, en las que participen todas las criaturas del grupo. Las propuestas plásticas se pueden organizar en talleres, pero también en torno a los proyectos que se desarrollan en el aula o como zona de actividad en la que los niños y niñas organizan de manera autónoma su acción, eligiendo como actuar sobre la materia y cómo plasmarlo, desarrollando su capacidad para probar y organizarse mental y físicamente en relación con el entorno.
También es interesante observar como en la medida en que se ofrecen diferentes soportes, las respuestas y las posibilidades de expresión se diversifican. Horizontal sobre papel, horizontal sobre cartón rugoso, vertical en el caballete…  Lo mismo sucede cuando ofrecemos materiales diversos. Las propuestas plásticas son con témpera, rotulador, ceras… pero también con recortes, con masa, con barro… Y es en las múltiples combinaciones que podemos encontrar con estos tres aspectos donde se logra dar respuesta a la diversidad para que cada niño y niña del grupo encuentre cómo dar respuesta mediante su forma para expresarse en cada momento.
En las Escuelas Infantiles Municipales de Granada vemos habitualmente como, en la medida en que ponemos a disposición de las criaturas diferentes posibilidades para expresarse, estos muestran la diversidad en sus procesos y producciones artísticas.

Es frecuente encontrar paneles donde todos los miembros de un grupo se representan. En estos trabajos es especialmente interesante ver cómo toda esta diversidad queda reflejada en las producciones colectivas, en la medida en que se mantiene una mirada y escucha al grupo y a cada uno de los niños y niñas que lo conforman.

             

En otras ocasiones, se reflejan las producciones individuales en propuestas colectivas. Estas propuestas exigen al grupo tomar acuerdos que recojan la diversidad de todos sus componentes donde cada uno sienta el placer de construir de manera conjunta.

                      

Por otro lado, en las propuestas de trabajo cotidianas encontramos oportunidades para el acercamiento individual a las experiencias plásticas.

Unas propuestas que se suceden de manera natural y habitual año tras año son las relacionadas con el entorno, la ciudad y el barrio. Construir escuela junto con lo que y quienes nos rodean es uno de los pilares en los que se fundamenta el proyecto. Pero que suceda de manera habitual no significa que siempre se haga de la misma forma, ni que los niños y niñas de un mismo grupo, en un mismo año, lo vivan ni lo representen de la misma manera. Cada criatura vive la experiencia y ve su barrio desde su individualidad, con el filtro de sus experiencias previas e intereses y como tal lo expresan.

 

La diversidad en los materiales y en los soportes en los primeros años es fundamental, puesto que además muchas de estas serán las primeras experiencias sensoriales de las criaturas con ciertas texturas, temperaturas, huellas… Así sucede con el barro, una propuesta muy rica que se puede ir complejizando y que en función de los parámetros con los que juguemos (agrupamiento, soporte, otros materiales…) permitirán a cada uno de los niños y niñas acercarse a este elemento y a sus cualidades de manera diversa.
Con todo esto, sería importante no dejar de lado la idea de que las producciones plásticas en muchas ocasiones son efímeras, sin que esto conlleve que la planificación de la propuesta no se haga desde el mismo modelo divergente. Pues lo más importante no reside en el resultado final que se obtiene, no es la exposición o exhibición del producto… si no el proceso. El camino por el cual han transitado las criaturas, el disfrute y los aprendizajes que se producen durante su desarrollo. Esa experiencia que los niños y niñas se llevan al acercarse a un material plástico, desde la posibilidad de descubrir la multitud de respuestas que cada una de las criaturas puede dar en función de sus intereses e inquietudes personales.
Elba Mejías Jiménez

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