Las escuelas, institutos y universidades de todo el país están cerrados, pero los docentes no están de vacaciones. El miércoles 18 de marzo por la mañana, casi cincuenta maestros del Instituto Escuela El Viver de Montcada i Reixac se reunieron telemáticamente para encontrar la forma de seguir llevando a cabo su labor. Este centro educativo, construido en 1982, está situado en la zona de Can Sant Joan, más conocida como Bifurcación por la estación de Cercanías que para en ella. Últimamente, el barrio aparece en los medios de comunicación en noticias relacionadas con la cementera Lafarge, de la que la asociación de vecinos pide el cierre. Hay que subrayar que «Bifurca» es un barrio humilde y trabajador, con mucha diversidad cultural y social.
En este contexto, el equipo de El Viver ya lleva tiempo trabajando para asegurar una educación de calidad a los niños y niñas de Can Sant Joan. Por eso este año el centro se ha convertido en instituto escuela y se ha estrenado el primer curso de la secundaria. Aunque la pandemia de Covid-19 ha obligado a cerrar las aulas, la vida de El Viver sigue en marcha. El objetivo del conjunto de maestros es hacer que el aprendizaje siga desde casa para no perder el ritmo. Al mismo tiempo, se está trabajando para mantener el vínculo entre la escuela y las familias, uno de los ejes del proyecto educativo. De esta forma, la escuela pone su granito de arena para superar la brecha digital. Y es que hay que tener en cuenta que no todo el mundo dispone de los recursos necesarios para permitirse tener un ordenador o conexión wifi.
Para llevar a cabo estos objetivos, las maestras de El Viver siguen activas. Diariamente realizan reuniones, y el contacto, a través de mensajería instantánea, correo o videoconferencia, es constante. Las herramientas de Google facilitan el trabajo cooperativo en línea. La organización de esta nueva dinámica de trabajo ha podido hacerse en pocos días porque ya hace tiempo que la escuela ha apostado por la digitalización, tanto de las maestras como del alumnado. Desde hace unos cursos se han hecho formaciones en el claustro para sacar el máximo provecho de las tecnologías de la información; además, también disponen de una persona especializada que las asesora. Primero de ESO ha apostado por el trabajo digital a partir del uso de Chromebooks, y en las demás etapas se promueve el trabajo globalizado, sin libros de texto, y con el uso de tabletas y pizarras digitales. Estas herramientas se complementan con horas dedicadas a la robótica y a la programación. Gracias a estas apuestas, la situación de emergencia no ha pillado tan desprevenida la familia de El Viver.
El Viver quiere que sus alumnos puedan continuar su proceso de aprendizaje desde casa, y por eso ha desplegado todos los recursos disponibles para conseguirlo. El equipo de maestros ha abierto una nueva cuenta de Instagram para informar y ofrecer materiales didácticos y, sobre todo, para mantener la conexión con las familias. Además, todos los niveles educativos, diariamente, disponen de actividades y tareas en la web de la escuela. Para reforzar el acceso a estas propuestas, también se envían a través del Whatsapp del centro.
La mayoría de estas actividades están destinadas a seguir el currículo escolar y los contenidos de todas las etapas. Se tiene en cuenta que sean actividades en línea, con y sin conexión, y que no sea necesario imprimirlas, para que se puedan hacer en distintos formatos (móvil, tableta, ordenador). También se intenta que sean tareas atractivas y que motiven al alumnado.
Desde cuarto de Primaria hasta ESO se utiliza la herramienta interactiva Classroom, que permite la corrección y el retorno de las actividades por parte de los docentes. Para llevar a cabo todas estas acciones, el claustro ha calendarizado las diversas actividades, especificando si son tareas promovidas por el tutor o bien por los especialistas de música, inglés o educación física. Tienen claro que, más allá de ofrecer propuestas diarias, quieren que sean diversas y que se trabajen todas las dimensiones curriculares.
Esta nueva forma de comunicarse no siempre es fácil, puede despertar dudas y cambios entre las personas que están acostumbradas a trabajar de otra forma. Por este motivo la comunicación entre los docentes es constante, lo que permite la ayuda mutua entre ellos y el aprendizaje de estas nuevas herramientas. Encontrarse por vía telemática les permite organizarse y responsabilizarse, y ayuda a potenciar lo mejor de cada cual. Todo el mundo aporta y suma para dar respuesta al nuevo escenario. El equipo ha encontrado las herramientas para mantener una interacción constante con las familias y ayudar a los alumnos en su proceso de aprendizaje. Es evidente que la apuesta por hacer este trabajo supone tiempo. Sin embargo, hay que destacar la motivación existente por parte del claustro, el buen clima y las ganas de hacer cosas juntos. Todo este proceso está ayudando a cohesionar el equipo y a fortalecer su implicación con el proyecto.