Fundación Artur Martorell

IRENE BALAGUER

Irene nos ha dejado justo cuando la Fundación Artur Martorell, que ella dirigía, cumple cincuenta años.

Conocí a Irene hace más de cuarenta años. Siempre me llamó la atención su entusiasmo por la infancia, especialmente por los más pequeños. La observaba y me maravillaba su ánimo luchador, el su espíritu crítico siempre constructivo, su valentía para defender lo que le parecía justo, fuera quien fuera la persona o grupo que vulneraba lo que creía correcto, siempre en defensa de la escuela pública inclusiva y de calidad.

Podría decir tantas cosas sobre su bondad, sencillez, cordialidad y generosidad. Y quienes la conocisteis sabéis que digo la verdad y me quedo corta.

Pero fue en el año 1995, cuando empezamos un camino de amistad y de complicidades, a raíz de un trabajo voluntario, que nos comprometimos en hacer juntas, ella desde Rosa Sensat y yo desde la Delegación de Educación de la Generalitat de Catalunya. Decidimos hacer el mapa escolar de la educación infantil de Barcelona, de 0 a 6 años. La Generalitat ya había elaborado o estaba haciendo el mapa de la educación de 4 a 18 años. Pero nosotras queríamos saber que niños estaban escolarizados en las escuelas maternales, en jardines de infancia, en guarderías, en escoles bressol, en parvularios, en escuelas parquin, en ludotecas, etc. Eran diferentes tipologías de centros, públicos y privados, la mayoría legalmente constituidos, pero otros muchos en proceso de legalización.

Sara Blasi y Assumpta Baig en la Jornada Internacional de educación infantil. Pensando con Irene

Fue entonces cuando tejimos una gran cantidad de vivencias juntas que hoy se han convertido en recuerdos. Fue mucho trabajo, mucho consultar diferentes listas de centros y muchos meses de investigación.

A partir de aquel momento siempre hubo entre nosotras un espíritu de confianza, de comprensión y de complicidad.

Los últimos seis meses de su vida, en el mes de junio de 2018, ella aceptó por segunda vez volver a ser directora de la Fundación Artur Martorell, al jubilarse su gran amiga Montserrat Ramos, cosa que le agradecí profundamente. Ya estábamos planificando el nuevo curso 2018-19 cuando nos dejó. No esperábamos ese desenlace final.

Hoy, los buenos recuerdos se amontonan llenando las diferentes etapas de nuestra vida en común. Uno de los puntales de nuestra institución nos acababa de dejar huérfanos.

La muerte no se olvida nunca de nadie y cuando llega se hace sentir. No preguntemos el cómo, ni el cuándo ni el porqué. En realidad, por mucho que uno se esfuerce en darle la vuelta, el más allá es un lugar que cualquiera consigue a un ritmo de sesenta minutos por hora, haga lo que haga, crea en quien crea.
La vida tiene un lado oscuro y un lado luminoso. De nosotros depende escoger. De lo que se trata es saber diferenciar lo esencial de lo que no lo es. Irene era del tipo de persones que siempre escogía lo esencial.

Tenía muy claro que la felicidad es una cuestión de actitud: no es el camino, sino la forma de caminar, no es hacer lo que uno quiere sino amar lo que uno hace y sobre todo no dejar de andar. A veces, es suficiente un poco de cielo azul, un viento suave, una sombra agradable, el ruido del mar, dormir sin miedo y despertarse sin angustia y en vivir cada instante como si fuese único, porque lo es.

El secreto es tener una memoria selectiva para recordar los buenos momentos, tener sentido común para no malgastar el presente y confianza para plantar cara al futuro.

Continuaremos andando, Irene, hablando contigo y con la esperanza de volver a verte algún día.

Como decía Rabindranath Tagore: “Cuando la muerte silencie mi voz, mi corazón seguirá hablando”

 

Subscriu-te al nostre butlletí!

Vols rebre informació sobre totes les novetats formatives i activitats de l'Associació?
Subscriu-t'hi!

Escoles/Universitats amigues

Ets un centre educatiu que vol participar i cooperar amb equips de mestres compromesos amb la millora de l’educació a Catalunya?
Associa't i forma part de la xarxa!