La educación del futuro requiere fortalecer habilidades vinculadas con la creatividad, innovación, pensamiento crítico y colaboración, desplegando nuevas estrategias de aprendizaje. Niños y niñas deben tener iguales oportunidades en estas materias; sus formas de aprender, sus necesidades y todos los elementos que puedan facilitar o interferir en su aprendizaje deben ser considerados y abordados. La perspectiva de género debe ser parte de este desafío, procurando entregar a las niñas herramientas que aseguren desplegar al máximo sus capacidades corrigiendo, si fuera el caso, factores de distorsión, discriminación y sesgos”. [Comisión “Por una educación con equidad de género: Propuestas de acción”. (MINEDUC, 2019)]1
En concordancia con la cita anterior, un objetivo estratégico en la Junta Nacional de Jardines Infantiles (JUNJI)2 es la calidad educativa y el bienestar integral infantil, jugando un rol muy importante el enfoque de género, en el que se proponen las mismas oportunidades educativas a niños y niñas.
Sin embargo, en la experiencia cotidiana de las comunidades educativas este enfoque de género es un desafío de largo alcance, debido a que la sociedad chilena e incluso latinoamericana, tiene arraigada prácticas culturales machistas y estereotipos de género en los cuales hemos sido socializados y socializadas.
En este contexto, hemos decidido compartir esta experiencia, de un Jardín Infantil del sur de Chile, cuyas familias se identifican, en un gran porcentaje (53%), como originarias del pueblo Mapuche Huilliche y que da cuenta de logros y brechas, aún pendientes en esta temática.
En un Jardín del sur de Chile…
Perteneciente a la JUNJI, ubicado en la ciudad de Osorno, en Rahue Alto, con 50 años de historia desde el año 1973 a la fecha, atiende a 160 niños y niñas, a través de personal profesional y técnico, formadas en Educación Inicial. Las familias de esta comunidad educativa, descienden en una segunda o tercera generación del pueblo mapuche Huilliche, nacidas y criadas en la zona urbana. En este Jardín, con el apoyo de una educadora de lengua y cultura indígena, las familias trabajan aspectos identitarios de su pueblo.
El equipo educativo, en sus actividades cotidianas, observó que las familias tenían actitudes que mostraban poco conocimiento de la importancia y significado de incorporar el enfoque de género en la educación de sus hijos e hijas, manifestado; por ejemplo, en las reacciones y cuestionamientos de las familias cuando los niños (varones) eligen el rincón del hogar, juegan con muñecas, eligen utensilios de cocina, entre otros elementos, asociados a los estereotipos de género que se relacionan con tareas de cuidados y labores domésticas, asignados tradicionalmente al género femenino, limitando las oportunidades de identidad, aprendizaje y por ende, de desarrollo pleno de niños y niñas que favorece las oportunidades que les entrega el Jardín Infantil.
Algunas situaciones observadas por el equipo fueron:
• Comentarios como: “¿qué haces con eso?” realizado por algunos padres, cuando al llegar al Jardín encontraban a sus hijos varones jugando con una muñeca…
• En el caso de los padres, mostraron asombro cuando veían que sus hijos estuvieron jugando en el rincón del hogar, en especial cocinando, sirviendo alguna comida o lavando la loza, situación que no ocurría con las madres al observar las mismas situaciones.
• Algunos niños (varones), tenían una preferencia demasiado marcada por el color azul, mencionando que son hombres y ese es “su color”;
Desde ésta y otras observaciones, el equipo reflexiona respecto de las situaciones que dan cuenta de cómo las familias se ven influenciadas por los estereotipos de género asociadas al color, otorgando ciertos colores a niños (azul o celeste) y otros a niñas (rosado o lila). El equipo reflexionó sobre el rol del mercado, a través del comercio, la publicidad televisiva y las redes sociales, que influyen en las familias, los niños y las niñas que en su mayoría se encuentran expuestos a estos medios que incentivan y motivan estereotipos de colores y juguetes asociados al género.
“La experiencia de trabajar el enfoque de género con las familias”
Para llevar a cabo esta experiencia, fue necesario generar alianzas con tres actores claves: un actor clave es el equipo de la unidad educativa que reflexiona sobre los estereotipos de género observados en las prácticas educativas en aula y en las interacciones de las familias con los párvulos.
Otro actor clave, son los niños y las niñas, resignificando el juego como principal forma de aprendizaje y un tercer actor clave, son las familias como aliadas indispensables para realizar experiencias educativas desde el hogar, previa reflexión crítica sobre enfoque de género, con el equipo de la unidad educativa.
Una de las estrategias implementadas en la experiencia, consiste en llevar juguetes y material educativo del Jardín al hogar, promoviendo instancias de juego a través de “una bolsa viajera” con el fin de que los niños y niñas tengan la oportunidad de vivenciar experiencias que permitan desarrollar al máximo sus potencialidades y romper los estereotipos de género y prejuicios que tienen algunas familias.
Esta bolsa contiene materiales educativos y juguetes tales como: autos, animales, ollas, platos, tazas, muñecas, juegos de construcción entre otros, proporcionando la misma oportunidad que tienen de jugar con estos materiales en el Jardín y el hogar. De esta manera, se utiliza como herramienta básica del aprendizaje infantil, el juego, que es la principal forma de aprender de niños y niñas, favoreciendo un espacio para compartir e interactuar niños, niñas y sus familias.
Como metodología de trabajo, el equipo educativo realiza un diálogo con la familia en el cual se le da las instrucciones de uso de la bolsa y se propone:
• Que los niños y niñas puedan jugar con todos los elementos que contiene la bolsa, con su familia.
• Dejar que los niños y las niñas jueguen y acompañarlos en sus juegos, dejándose guiar por ellos y ellas.
•Tener cuidado y orden con los materiales.
La bolsa, incluye una pequeña guía para desarrollar con la familia, las indicaciones de uso y un pequeño inventario de los juguetes que contiene.
Además, este recurso pedagógico se presenta a los niños y las niñas, motivándolos a jugar con su familia para “enseñarles” cómo juegan en el jardín con esos materiales.
Otro recurso que se incorpora, es un cuaderno con preguntas orientadoras para el registro de la experiencia.
Algunas preguntas del cuaderno son:
¿Su hijo o hija había tenido la experiencia de jugar con este tipo de materiales? ¿Con Cuáles?
¿Qué material de la bolsa le gustó más a su hijo o hija?
¿Qué opina de que su hijo o hija haya tenido la experiencia de llevar estos juguetes al hogar?
Posteriormente se socializa la propuesta educativa en una Comunidad de Aprendizaje de la Unidad Educativa (CAUE). Luego se entrega a la familia la bolsa con material educativo y cuaderno de registro, para su uso en el hogar.
Una vez que todos los niños y niñas han llevado la bolsa viajera a sus hogares, se invita a las familias a un taller, en el cual comentan sus vivencias sobre la experiencia, para analizar con mayor profundidad los estereotipos de género presentes en el hogar en que fueron socializados y socializadas.
Para la realización del taller con las familias, el equipo de la unidad educativa necesitó actualizar su conocimiento del tema, a través de auto capacitación, participación de talleres o curso sobre equidad de género, utilizando también el material de la institución: “Guía para incorporar el enfoque de género en las prácticas educativas de JUNJI”.
Durante los talleres con familias, algunas manifestaron que no tenían idea que sus hijos eran tan cuidadosos con el “bebé” y que les gustaba preparar “comidas” a toda la familia y que a las niñas les gustaban tanto los autos o que nunca las habían visto jugar con “Dinosaurios”. Se analizó que, en el caso de las niñas, la mayoría de los juguetes que tenían en casa perpetúan los roles de cuidado, una de las reflexiones de las madres y los padres era que en la adquisición de juguetes se dejaban llevar por las ofertas del mercado, y que éstos están clasificados para niñas: “muñecas, maquillajes, cocinas..” y para niños: “autos, súper héroes, juegos de acción” entre otros; también, comentaban que sus hijos e hijas piden que les compren determinado juguete porque es el que sale en la publicidad televisiva o redes sociales, dejándose llevar por el deseo de complacer a los pequeños y pequeñas.
Estos espacios, posibilitaron relevar la importancia del rol educativo de las familias en este tema, promoviendo en las interacciones con sus hijos e hijas, el despliegue de las potencialidades y el desarrollo de sus capacidades.
En estas instancias, las familias también pudieron reflexionar sobre la forma en que se dieron cuenta de su género, surgiendo revelaciones muy sentidas como la de una madre que dijo: “de pequeña, le regalaron una pista de carreras a mi hermano mayor y a mí no me dejaban jugar con ella porque era de él, entonces recuerdo que pedí de regalo de Navidad una pista de carrera y me dijeron que ésta no llegó, porque era un juguete para niños” fue tal la pena de la madre al contar su experiencia que todo el grupo quedó impactado y ella continuó “allí me di cuenta que era niña”.
Como finalización de cada taller, se generaron compromisos que surgieron de los propios participantes que tenían sentido y factibilidad; es así que, algunos apoderados se comprometieron a pensar lo que iban a comprar para sus hijos e hijas, sin dejarse influenciar por las cadenas de tiendas o publicidad y comprometiéndose finalmente a brindar todas las oportunidades posibles para que sus niños y niñas desarrollen todas sus capacidades, sin limitaciones como las que tuvieron ellos y ellas a lo largo de su vida.
Las reflexiones sostenidas al interior del equipo educativo se relacionan con reconocer que esta propuesta es un gran aporte como valor público al promover una educación inclusiva de calidad, asegurando el acceso de niños y niñas a interacciones, espacios y recursos libres de estereotipos, que les permita alcanzar su pleno desarrollo y contribuir a una sociedad más justa y equitativa.
A partir de esta experiencia, se puede observar en los distintos actores:
- En niños y niñas, se visualizan como sujetos de derecho, que juegan más seguros y confiados tanto en los espacios educativos al interior del jardín, como en sus hogares, ya que a partir de estas experiencias cotidianas se pueden realizar cambios importantes.
- Asimismo, logran mayor apropiación en el uso del material de enseñanza y los espacios educativos, adquiriendo mayor protagonismo en sus procesos de enseñanza aprendizaje, libres de estereotipos de género que favorecen la construcción de su propia identidad.
- En síntesis, se aportó ampliando las oportunidades que tienen en cuanto a las interacciones con recursos y espacios, descubriendo sus capacidades sin la intervención de un sesgo que las limite.
- En las familias, se reconocen avances; por ejemplo, en el cuestionamiento sobre los estereotipos con los que han sido educados/as, que les pueden permitir transitar a nuevas formas de interacción con sus hijos e hijas, rompiendo barreras asociadas a los prejuicios de género.
- El trabajo intencionado, cercano y horizontal con las familias cambia paradigmas, en este caso permitió abordar la educación desde un enfoque inclusivo en un juego libre y en el hogar en donde descubren nuevos intereses y habilidades de sus hijos e hijas.
- En el equipo pedagógico de la Unidad Educativa, se comprende la importancia de observar, reflexionar y tomar decisiones oportunas para gestionar procesos de mejora continua. Se espera seguir reflexionando; como comunidad educativa, para tener un despliegue total de esta práctica, teniendo como aliados al primer agente educativo: la familia.
Se requiere empoderamiento de los equipos de aula en el trabajo de incorporación del enfoque de género, asumiendo nuevos desafíos y compromiso con la temática, para dar respuesta a los procesos de aprendizaje de los niños y las niñas, en alianza con las familias.
Roxanna Ivette Valero Bazán
Profesora de Educación Inicial, Educadora de Párvulos
del jardín Blanca Nieves y los Siete Enanitos de JUNJI
roxanna.valero.b@junjired.cl
NOTAS:
1. https://bibliotecadigital.mineduc.cl/bitstream/handle/20.500.12365/14934/propuestas-genero.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Mineduc: Ministerio de Educación de Chile, 2019
2. La Junta Nacional de Jardines Infantiles (JUNJI) es un organismo público chileno, fundado en 1970, dependiente del Ministerio de Educación, encargado de las salas cuna y jardines infantiles del país. Su rol es garantizar la educación parvularia de calidad y bienestar integral de niños y niñas preferentemente entre 0 y 4 años de edad.
https://www.junji.cl/
3. Comunidad de Aprendizaje de la Comunidad Educativa (CAUE), instancia de formación continua que agrupa a toda la comunidad educativa de un mismo Jardín Infantil para abordar el estudio y análisis de temas que se vinculan con el Proyecto Educativo Institucional, analizando acciones, procesos, y resultados. Es un espacio abierto a la participación de las familias.