Jardín Infantil y Sala Cuna “Pequeños Pasos”
En el sector alto del cerro Playa Ancha, de la hermosa ciudad del puerto de Valparaíso en Chile, se encuentra el Jardín Infantil y Sala Cuna “Pequeños Pasos”, perteneciente al Servicio Local de Educación Pública (SLEP) en funcionamiento desde el año 2015. En él trabajan 16 funcionarias entre educadoras y técnicos y atiende a 85 párvulos de entre 3 meses y 4 años de edad. El Jardín Infantil cuenta, desde el año 2022, con Reconocimiento Oficial, que otorga el Ministerio de Educación de Chile y que certifica que este centro educativo cumple con todos los estándares exigidos por la normativa legal vigente.
El centro educativo, se encuentra en el sector de Montedónico, perteneciente a una población popular de Playa Ancha, la que se construyó en la década de los años 70, cuando hombres y mujeres fueron construyendo un asentamiento en sitios eriazos para vivir.
Desde hace ya algunos años, es considerado uno de los barrios críticos de Valparaíso, por la frecuencia de robos, narcotráfico, balaceras, violencia y problemas de movilización pública en horario nocturno; todo ello ha instalado una percepción permanente de inseguridad para sus habitantes. Los organismos municipales, de seguridad y del propio SLEP, han creado una red de seguridad para las comunidades educativas (2021), con el objetivo de trabajar en red, como una respuesta de la comunidad para afrontar este contexto, siempre, adverso para el desarrollo y bienestar de niños y niñas que habitan el territorio.
El centro educativo, paulatinamente se ha ido erigiendo como un pilar fundamental para la comunidad educativa, el trabajo conjunto del equipo educativo ha logrado que se posicione positivamente en el territorio, porque ha trabajado en dirección a construir una identidad sólida basada en los sellos del Proyecto Educativo Institucional: la resiliencia y buen trato, los que se reflejan en cada una de las acciones que ejecutan junto a la comunidad educativa. Este posicionamiento positivo dentro de la comunidad no fue fácil, toda vez que, desde el momento en que se comenzó a construir el centro educativo, hubo muestras de hostilidad por parte de la población que iban en contra de la construcción, por temor que pudiera tratarse de un centro policial. El personal del Jardín Infantil desde su inicio, se vio enfrentado al desafío de trabajar con la comunidad, demostrando el aporte real a los hijos e hijas y familias del cerro de Playa Ancha, fortaleciendo poco a poco, los lazos de afecto y respeto con esa comunidad. Hoy en día el trabajo con las familias se fortalece, en una relación basada en el respeto y la escucha mutua, que permite acoger todas las sugerencias para que las experiencias pedagógicas de niños y niñas se transformen en un espacio vital y amoroso de desarrollo pleno.
El centro educativo ha entendido la necesidad de ofrecer un ambiente que otorgue seguridad y tranquilidad, para que niños y niñas puedan sentirse emocionalmente en condiciones para aprender y desarrollarse y esto solo puede realizarse fortaleciendo cercanía y vínculos con las familias y con organismos de la comunidad. En enfoque de resilencia, activando sus factores protectores, la contención emocional, la fortaleza del equipo pedagógico, son aspectos cruciales que robustecen el proyecto educativo y le dan vida al sello institucional.
Una de las características principales del Jardín Infantil, es la solidez del equipo, la que se expresa en su capacidad para crear un ambiente de seguridad y apoyo constante, hacia la comunidad y también hacia el mismo equipo, condición clave para afrontar los retos que se presentan a diario en la zona. Esta característica del equipo se ha ido constituyendo gracias a la profunda convicción que se tiene de la educación infantil y su importancia y a la valoración de la comunidad, como un espacio propio que quieren y cuidan, por ser un entorno estable y de confianza que favorece el desarrollo saludable de los niños y niñas.
Día a día este grupo de mujeres que conforman el equipo educativo, demuestran el compromiso con su trabajo, manifestando el cariño y “apapacho”, con la conciencia latente y de responsabilidad frente a la importancia que tienen sus acciones educativas en la comunidad. En muchas ocasiones, el centro educativo, se transforma en una burbuja de protección, para los niños y niñas que se están formando, quienes constantemente vivencian noches en que conciliar el sueño se torna difícil debido a movimientos y ruidos perturbadores que reflejan la violencia territorial fuera de sus hogares que son sinónimo de inseguridad y temor.
En este lugar, la seguridad es una prioridad y el Jardín Infantil es percibido por la comunidad educativa como un espacio seguro, un refugio en el que pueden explorar y aprender con libertad, pues están en un ambiente protegido que resguarda sus derechos; es la dimensión afectiva del aprendizaje y el valor de un ambiente que cautele los derechos de niños y niñas por aprender en un lugar amable y seguro. La comunicación directa con Carabineros y el Servicio Local de Educación Pública (SLEP) refuerza esta percepción de seguridad, garantizando una respuesta rápida y eficaz, ante cualquier situación que pueda representar un riesgo para la comunidad educativa.
Dado el contexto territorial en el que está inmerso el Jardín Infantil, el equipo se ha preparado tenazmente, y esta es una condición necesaria para enfrentar situaciones complejas, lo que ha permitido implementar protocolos claros y específicos. Una de las estrategias, es el uso de una canción infantil como herramienta de calma y guía durante momentos de crisis, esta canción nace a partir de la preferencia de los propios niños y niñas por esa canción en particular, lo que genera adherencia al momento de realizar simulacros de balacera. ayudando a los niños y niñas a mantenerse tranquilos y organizados mientras se desplazan al lugar de zona segura dentro de cada aula. Además, la realización constante de simulacros en respuesta a las balaceras, permite que tanto el equipo educativo como las familias, estén preparadas para enfrentar cualquier eventualidad. El compromiso en la realización de los simulacros asegura una respuesta coordinada y efectiva ante emergencias.
A raíz de lo anterior, es importante destacar la constante colaboración entre el equipo educativo y las redes de apoyo externas, una de ellas, la Universidad de Playa Ancha, que fortalece significativamente la labor del Jardín Infantil en la contención emocional de los párvulos, sus familias y equipo educativo. Las redes con otros profesionales y organizaciones cercanas, son cruciales para el desarrollo integral del proyecto educativo que caracteriza a este centro educativo y da vida a la labor educativa que se lleva a cabo. Estas alianzas permiten compartir recursos, conocimientos y estrategias que enriquecen la experiencia educativa y emocional de los niños, niñas, sus familias y funcionarias.
En base a lo expuesto, establecer relaciones de confianza con las familias es fundamental para el éxito del Jardín Infantil. La confianza mutua facilita la comunicación abierta y efectiva, lo que permite abordar de manera conjunta cualquier desafío que pueda surgir. Este compromiso con las familias no solo refuerza el vínculo entre el hogar y el jardín, sino que también asegura que los niños y niñas reciban un apoyo coherente y constante, basado en las relaciones interpersonales estrechas y significativas en el tiempo.
Inés Linai, nivel Medio Menor, de 3 años expresa: “me gusta el jardín porque juego con mis amigos” y “lo que más me gusta hacer es pintar”, este testimonio da cuenta de lo que significa para la niña este espacio seguro dentro su comunidad.
El perfil de las personas que trabajan en el Jardín Infantil es clave para lograr establecer lazos estrechos y de confianza necesarios para su funcionamiento, un equipo altamente capacitado y comprometido, asume la responsabilidad de ser garantes de derecho de los niños y niñas a una educación integral, oportuna y de calidad. La permanencia y las bajas licencias médicas del equipo educativo, reflejan su vocación, compromiso y dedicación excepcionales por parte de las funcionarias dando cuenta de su pasión por ofrecer una educación de calidad y de la conciencia del impacto positivo que tiene su presencia y rol en la vida de los niños, niñas y en la comunidad en general.
El Jardín Infantil, no solo cumple con su rol educativo, sino que se ha convertido en un símbolo de esperanza y seguridad en su comunidad. Su enfoque en la contención emocional, la colaboración constante con sus redes, el establecimiento de vínculos que refuerzan la confianza con las familias y la preparación ante emergencias, junto con un equipo comprometido en propiciar un ambiente cálido y seguro, lo destacan como un modelo ejemplar de resiliencia y buen trato. Este jardín infantil demuestra que, a pesar de los desafíos, la dedicación y el compromiso pueden transformar espacios y comunidades para otorgar la mejor experiencia educativa a los niños y niñas.
Jardín Infantil y Sala Cuna “Pequeños Pasos”