Tema. La sociedad de control en la Primera Infancia: crianza, cuidados y educación

Este artículo plantea y cuestiona tres creencias que sostienen la mirada adultocéntrica de las infancias en su desarrollo, las cuales perpetúan relaciones de dependencia y subordinación con las personas que las acompañan, cuidadores, educadoras, entre otras. La primera hace referencia a la relación de subordinación entre infancias y cuidadores. La segunda es concebir el desarrollo como algo estático, lineal y generalizable. La tercera y última es la relación de violencia que ejercen sus cuidadores. La finalidad es que quienes les cuidamos transitemos hacia una mirada humanista que permita un cambio real en la vida de las infancias, dejando de lado las creencias de control que sostienen la crianza, los cuidados y la educación que les proporcionamos.

Relaciones de subordinación en la primera infancia
Históricamente la sociedad ha situado a las infancias en relaciones de dependencia y subordinación, por lo que las personas adultas mediante la educación les guían hasta que logren en el futuro un estado de madurez y competencia.

Tratar a las infancias como subordinadas limita su autonomía, estableciendo relaciones que restringen sus capacidades para expresarse en sus múltiples lenguajes. En los programas de educación inicial y preescolar dicha subordinación se observa en la constante supervisión y regulación de actividades y comportamientos de las niñas y los niños. En los centros infantiles las normas rígidas fortalecen una dinámica de control sobre las infancias. Por lo que a los cuidadores se les consigna a criar bajo pautas y normas de poder para supuestamente “garantizar el desarrollo de las niñeces”. De esta forma, las relaciones de subordinación establecen vínculos afectivos desde el poder y el control, negando así a las niñeces las oportunidades y libertades que potencian sus capacidades. Verles como subordinadas también lleva a una falta de empatía hacia sus emociones, sus lenguajes y sus formas particulares de cómo leen el mundo.

Por otro lado, si tratamos a las infancias con libertad y creamos las oportunidades para que tomen decisiones en el día a día en los espacios donde se desarrollan fomentamos su sentido de independencia y autoconfianza desde temprana edad. Así mismo, cuando participan activamente en decisiones que les afectan en sus familias o en los centros infantiles aprenden a ser responsables de sus acciones. Las relaciones equitativas que establecemos como cuidadores o educadores nos responsabiliza a darles información, escuchar sus expresiones y sus múltiples lenguajes, tomarles en cuenta, y a que participen en las decisiones que les afectan.

Así, se les acompaña desde los cuidados, la crianza y la educación a ser participantes activos y respetados en su entorno desde una edad temprana, fomentando un ambiente que valora su protagonismo. Lo que significa un trato horizontal, en el que las niñeces son vistas como personas dignas, en igualdad de derechos, con relaciones empáticas y de comprensión mutua, capacidades cruciales para su vida socioemocional.

Desarrollo generalizable
Las infancias son únicas y tienen su propio ritmo de desarrollo, así se entiende que las diferencias en el desarrollo son esperadas. Un enfoque estático y lineal ignora las interacciones complejas entre áreas biológicas que conforman a las niñas y los niños y las crianzas, los cuidados y la educación que reciben (el ambiente) de manera específica. Por ejemplo, en muchos centros infantiles se espera que las niñas y los niños cumplan con las etapas o hitos en momentos determinados, y si no lo hacen son etiquetados de muchas formas, lo que limita su desarrollo integral. Esta creencia también fortalece las relaciones de control en las que se les evalúa con base en criterios impuestos aplicables para todas las infancias sin considerar sus entornos físicos, sociales, geográficos, psicológicos, culturales, entre otros.

Para las educadoras y cuidadores es importante reconocer que en el desarrollo se experimentan avances, retrocesos y saltos en el crecimiento, ya que las infancias no siguen un camino único en su desarrollo. Por esta razón, las y los cuidadores acompañan y sostienen en la medida que enfrentan estos cambios no lineales.

Es así, que se propone una visión de desarrollo integral de las niñeces porque éste es influenciado por los ambientes y entornos que habitan las niñas y los niños. Por ello, las experiencias tempranas que les proporcionamos a la primera infancia sobre sentirse querido y cuidado cuando observan, leen, exploran y juegan sus mundos, los sostiene afectivamente. Esto implica una visión dinámica e integral del desarrollo, donde las experiencias y el acompañamiento respetuoso potencian sus capacidades.

Violencia hacia las infancias
La violencia, ya sea física o verbal, impacta devastadoramente en el desarrollo integral de las infancias. Cuando son expuestos a la violencia crecen con problemas de ansiedad, depresión y baja autoestima. Por ejemplo, en los centros infantiles o en los hogares el control de esfínteres es un tema que se enseña desde la violencia, si las infancias no lo consiguen, sus cuidadores pueden ejercer castigos, presiones, comparaciones, descalificaciones, o incluso golpes para que logren el comportamiento esperado. En algunos centros infantiles un criterio de aceptación o promoción a un nivel es el control de esfínteres. Estos ambientes de violencia destruyen la sensación de seguridad y confianza que necesitan las infancias para explorar, jugar y aprender. Además, va en contra de su dignidad y sus derechos humanos.

En contraste, un entorno afectivo y de respeto fomenta un desarrollo emocional saludable. Si niñas y niños se sienten seguros y amados están más dispuestos a tomar riesgos saludables y a participar activamente en su propio aprendizaje y desarrollo.

Las infancias tienen derecho a crecer en un entorno libre de violencia y a ser tratadas con dignidad y respeto. Por ejemplo, como cuidadores cuando gestionamos nuestras emociones de forma satisfactoria, adoptamos al mismo tiempo una mirada de crianza, cuidados y educación centrada en la dignidad humana.

Conclusiones y retos
Con base en las ideas anteriores, la mirada adultocéntrica que se tiene actualmente sobre las infancias se caracteriza por estructuras de control y jerarquías rígidas, las cuales se ven reflejadas en el ejercicio de la violencia como un mecanismo de disciplina y control en su crianza y educación. Esto perpetúa ciclos de violencia y sometimiento, teniendo efectos negativos en el desarrollo integral de las niñeces.

En contraposición con la mirada adultocéntrica, la comprensión sobre la dignidad de niñas, niños y adolescentes así como la de sus derechos nos presenta una oportunidad crucial para transformar esta mirada obsoleta en prácticas humanas y respetuosas.

Aunado a lo anterior, la Nueva Escuela Mexicana (NEM) (2022) propone una visión humana en la educación, lo cual se puede extender a la crianza y los cuidados para las infancias, en donde lo fundamental es su desarrollo integral, el respeto, la empatía y la comprensión. De esta forma, se reconoce la dignidad y los derechos de las infancias, tratándolos como personas con su propio valor intrínseco y potencial y no como subordinados que deben ser controlados. Esta visión sugiere un cambio en la forma de relacionarnos con ellas, para que, en lugar de recurrir a la violencia, cuidadores y educadores empleemos prácticas de comunicación abierta y afectuosa que establezcan vínculos afectivos que sostengan ambientes de apoyo, calidez y seguridad.
La transición hacia una mirada humanista implica un cambio fundamental en cómo entendemos la crianza, los cuidados y la educación. Se trata de cultivar una relación basada en el respeto mutuo y la colaboración, donde las niñeces son vistas como participantes activos en su propio desarrollo.

Para transformar esas inercias y creencias que sustentan la mirada adultocéntrica hacia las infancias es prioritario cuestionar las prácticas de educación, cuidados y crianza
en las instituciones que las respaldan.

Uno de los retos es modificar las políticas y prácticas de evaluación que persisten en los centros infantiles y que son compartidos a los cuidadores principales de las niñas y los niños. Esto puede lograrse con el ejercicio de evaluaciones formativas basadas en la diversidad de sendas en el desarrollo de las infancias, en las que se valoran los procesos individuales porque se reconocen los propios ritmos. En dichas evaluaciones, los centros incluyen observaciones y diálogos con los cuidadores y con las infancias para establecer avances y necesidades particulares.
Otro reto es crear condiciones para la reflexión constante de las creencias que sostienen la jerarquía y el control de los cuidadores sobre las infancias, consiguiendo el diálogo y la compartencia de saberes sobre lo que hacen. Se busca que los centros infantiles colaboren con las familias, la comunidad y los cuidadores de las niñeces ofreciendo espacios para construir una cultura de educación, cuidados y crianza compartida.

Realizar estos retos exige compromiso colectivo y el replanteamiento de las prácticas de los adultos sobre la educación y los cuidados, avanzando hacia una cultura que considere a las niñeces como personas plenas y capaces por el simple hecho de respirar.

La transformación de una sociedad de control que utiliza la violencia hacia una basada en principios humanistas de crianza y educación es no solo necesaria, sino imperativa para el bienestar de las personas y seres sintientes del planeta. Al adoptar prácticas que valoran la dignidad y los derechos, se construye una base más sólida para un presente equitativo y respetuoso.

Iliana Guadalupe Ramos Prado
Docente en el colegio de pedagogía de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma
de México, UNAM. Especialista en primera infancia y en
el enfoque de derechos para su desarrollo integral.

REFERENCIAS
Bowlby, John (1996) El apego. Barcelona, Paidós
Bustelo, Eduardo (2023). El recreo de la infancia: argumentos para otro comienzo. Argentina, Siglo XXI
Bustelo, G. Eduardo. (2012). Notas sobre infancia y teoría: un enfoque latinoamericano. V congreso mundial por los derechos de la infancia y la adolescencia. San Juan Argentina.
Deleuze G. Post-scriptum sobre las sociedades de control. En: Conversaciones [Internet]. Disponible en
https://www.philosophia.cl/biblioteca/Deleuze/ la ternura. Reflexiones y controversias sobre la didáctica en el jardín maternal”. Revista Punto de partida. Año 2. N°5. Agosto de 2005. Editora del Sur. Buenos Aires
Myers, Robert G. (2000), “Atención y desarrollo de la primera infancia en Latinoamérica y el Caribe: Una revisión de los diez últimos años y una mirada hacia el futuro”, Revista Iberoamericana de Educación, N° 22, Organización de los Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura: Madrid.
Secretaría de Educación Pública (2022). Plan de estudios para la educacion preescolar, primaria y secundaria de la Nueva Escuela Mexicana (NEM). Recuperado de
https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/792397/plan_de_estudio_para_la_educacion_preescolar_primaria_secundaria_2022.pdf
Winiccott,, Donald (1993) El ambiente facilitador. Buenos Aires, Paidós.

 

Subscriu-te al nostre butlletí!

Vols rebre informació sobre totes les novetats formatives i activitats de l'Associació?
Subscriu-t'hi!

Escoles/Universitats amigues

Ets un centre educatiu que vol participar i cooperar amb equips de mestres compromesos amb la millora de l’educació a Catalunya?
Associa't i forma part de la xarxa!