Involucrar a los niños y las niñas en el mundo de la expresión artística es algo más que darles o ponerles a su alcance, bajo nuestra supervisión, pinturas de cera, gruesas o finas, duras o blandas; pinturas de madera gruesas o finas; rotuladores gruesos o finos, duros o blandos…, todos ellos materiales metidos y superordenados en bandejas, botes o recipientes maravillosos.
¡Ah!, ¡las témperas!, se me olvidaba. Eso ya es otro tema, de dedos, con rodillo, con pincel… Pero… y ¿la conexión del material con el sujeto? ¿Eso lo pensamos?, ¿lo reflexionamos?
¿Por qué niños y niñas chupan las pinturas?, ¿por qué las muerden?, ¿por qué se pintan las manos, las piernas, la cara? Porque necesitan, demandan, anhelan la fusión, comprensión y aprehensión del elemento consigo mismo.
Estas imágenes me hacen cavilar. Son imágenes que transmiten el puro placer de la fusión con el material, antes, mucho antes, que la propia expresión artística que como adultos vemos.
Carmen Soto, Consejo de redacción de Infancia en Castilla y León.
Foto: Angaleta Bosch.