Infancia y sociedad. Aprendizaje-servicio en educación infantil. Límites y potencialidades

Con frecuencia, se piensa en los niños o las niñas como futuros ciudadanos y ciudadanas. Pero, desde una perspectiva democrática y de respeto a los derechos de la infancia, es necesario recordar que como personas ya lo son, no en proyecto, sino en derecho. Y a ser ciudadano, se aprende. Cada persona construye su aprendizaje como tal a lo largo de su vida.

Aprender a ser ciudadanos y ciudadanas desde infantil
Observar, imaginar, pensar, decidir, relacionarse, hacer…, son acciones que forman parte de las tareas de aprendizaje que se llevan a cabo, de manera habitual, en las clases de educación infantil. En ocasiones, con recursos reales que proporcionan a los niños y las niñas experiencias auténticas para el aprendizaje. Acciones y experiencias que se realizan en el día a día escolar, y que pueden utilizarse, también, para aprender e implicarse en situaciones sociales de su entorno, aprendizaje básico de ciudadanía, aunque esta implicación no siempre sea una intención educativa escolar.

Investigaciones como las del grupo inter (Patricia Mata, Inés Gil y María Teresa Aguado, 2018) ponen el foco en el aprendizaje para la construcción de la ciudadanía activa. A lo largo de la vida, las experiencias, modelos, conexiones personales, adopción de discursos, etc., van proporcionando sensibilidad hacia las necesidades y derechos de todas las personas, desarrollando habilidades y competencias para actuar, conformando valores y contribuyendo a que se adopten actitudes de implicación en lo social, en el entorno, en la vida y el bienestar de los demás, en el cuidado de lo de todos, de la naturaleza, de lo que construimos y de lo que recibimos.

Entre las conclusiones de la investigación citada (Gil-Jaurena et al., 2016), dos ideas resultan muy relevantes para la escuela: la ciudadanía es una práctica en relación. Aprender ciudadanía implica necesariamente la relación con los demás, involucrarse, la formación de grupos y, en definitiva, la construcción de colectividades con una finalidad. Junto a ello, la obligada confianza en el valor de los pequeños cambios. La transformación en nuestra práctica cotidiana es posible y por ello merece la pena intentarlo. La aceptación de dificultades no puede llevar a la paralización de la acción. Hay que valorar procesos y resultados como espacios de aprendizaje, venciendo el miedo a la inercia y a la aceptación sin crítica y sin acción.

“Aprender ciudadanía implica necesariamente
la relación con los
demás, involucrarse,
la formación de grupos y,
en definitiva, la construcción de colectividades
con una finalidad”

Este aprendizaje de ciudadanía tiene sus primeras oportunidades en el entorno familiar. Las vivencias familiares, en el entorno de vida, con los amigos, a través de los medios de comunicación, del acceso a la información…, las experiencias del día a día van dando oportunidades de aprender. Pero desde la escuela tenemos no solo la oportunidad sino la responsabilidad de proporcionar experiencias que contribuyan a este aprendizaje.

Aprender ciudadanía juntos y entender el valor de las pequeñas transformaciones tienen en la escuela un protagonismo central, y lo tiene en todas las etapas de escolarización.

La Carta del Consejo de Europa sobre la educación para la ciudadanía democrática y la educación en derechos humanos en 2010 (ue, 2010) incluía la educación infantil como destinataria, junto a las demás etapas, de los programas para dicha educación.

También la unesco (unesco, 2015) publicaba una guía sobre ciudadanía global en la que se recogían propuestas para niños y niñas a partir de los 5 años. En ella, entre los diferentes campos temáticos y objetivos de aprendizaje se habla de la importancia de comprometerse y actuar, señalando el papel de los niños y las niñas en la búsqueda de soluciones a problemas locales, nacionales y mundiales, las formas de participación como aspecto básico de la ciudadanía, el diálogo y el debate, etc.

ApS. Una metodología para aprender a ser ciudadano
Diferentes tipos de metodologías y tareas pueden ser útiles para proporcionar a los niños de educación infantil diversas experiencias que les permitan realizar estos aprendizajes.

Si buscamos una metodología que proporcione sentido auténtico al aprendizaje y que, a la vez, dé calidad a acciones de participación de niños y niñas en su entorno, nos encontramos, sin duda, con el aprendizaje-servicio (ApS), una potente metodología que se revela como una manera de implicarse en la transformación de situaciones sociales que necesitan mejora, aprendiendo, por tanto, ciudadanía.

Es fácil encontrar prácticas de ApS realizadas por alumnado de primaria, de secundaria o de enseñanza superior que tienen como destinatarios a niños y niñas de educación infantil. Más infrecuente es encontrar a niños de infantil como protagonistas del ApS, pero las experiencias que se visibilizan dejan intuir la idoneidad de esta metodología en la etapa. Porque el ApS es una metodología que funciona (Teijeira, 2016).

“Si buscamos una metodología que proporcione sentido auténtico al aprendizaje
y que, a la vez,
dé calidad a acciones
de participación de niños
y niñas en su entorno,
nos encontramos,
sin duda, con el
aprendizaje-servicio (ApS)”

Límites de la implicación de los niños y niñas de infantil…
El valor que estas experiencias pueden tener en la educación de los niños y las niñas de educación infantil tiene relación con el desarrollo cognitivo (no solo con procesos cognitivos más superficiales sino con la contribución al aprendizaje más profundo, con el aprendizaje para la comprensión), con el desarrollo emocional y social –la valoración de la diversidad, la empatía, la autoestima, los valores solidarios…– y con el aprendizaje competencial, de desempeño, para realizar acciones concretas en situaciones reales.

Pero proporcionar a niños y niñas de tan corta edad experiencias que los hagan conscientes de las necesidades sociales exige ser cuidadosos. Es necesario cuidar que el afán que se evidencia en algunas prácticas por sensibilizar, por construir desde la infancia, por educar en valores, no suponga un riesgo de desvirtuar la vida infantil, haciendo conscientes o exponiendo a los niños a situaciones y vivencias de desigualdad con potencialidad de crear angustia, sentimiento de culpabilidad, sobreemotividad, etc., y que no están preparados para asumir ni cognitiva ni emocionalmente.

Debemos cuidar que la acción educativa deje a los niños y las niñas disfrutar de la infancia. Tenemos que desarrollar en ellos una empatía sana, asegurándonos de que poseen las fortalezas necesarias para entender e integrar los aprendizajes que les proponemos, trabajando siempre desde su bienestar.

Por tanto, los contenidos de las experiencias de ApS con estos niños y niñas deben restringirse a situaciones que cuiden aspectos relacionados con no exponerlos a planteamientos sobre situaciones de violencia estructural, cultural o directa para las que no estén preparados.

…y potencialidades
Pero llevar a cabo proyectos relacionados con la mejora del medio ambiente, la sensibilización respecto al cuidado de sí mismos, de los demás, de los animales y del entorno, experiencias intergeneracionales, de animación a la lectura, etc., proporcionan a niños y niñas experiencias auténticas, que propician aprendizajes con sentido para los que sí pueden encontrarse preparados.

Experiencias que contribuyen a que:

• Conozcan y comprendan el mundo que los rodea, la realidad más próxima.
• Desarrollen motivación hacia el aprendizaje en la escuela, puesto que viven aprendizajes con sentido.
• Creen relaciones interpersonales más allá de la escuela, educando la mirada empática hacia los demás, hacia su entorno.
• Sean protagonistas del aprendizaje que se propone.
• Aprendan a pensar sobre lo que están aprendiendo.
• Comiencen a desarrollar su sentido crítico.
• Desarrollen su ética.
• Descubran que pueden influir en lo que pasa a su alrededor.
• Experimenten valores para aprender.

Para ello, el diseño y gestión de estas experiencias exige asegurar el protagonismo de los niños y las niñas, crear redes con el entorno y propiciar la reflexión de los pequeños sobre su aprendizaje durante el proceso.

“Los contenidos de las experiencias de ApS con estos niños y niñas deben restringirse a situaciones que cuiden aspectos relacionados con no exponerlos a planteamientos sobre situaciones
de violencia estructural, cultural o directa para las que no estén preparados.”

Aprender a ser ciudadano mediante proyectos de ApS en educación infantil
Como cualquier proyecto o tarea que se desarrolle en la escuela, todas las propuestas han de responder a una línea pedagógica de centro (de modo que, desde el proyecto educativo, se asegure la coherencia de la acción educativa). Además, las experiencias de ApS deberán estar inmersas en el currículum de la etapa. Este puede ser un punto de partida para imaginar posibles proyectos a llevar a cabo y, en cualquier caso, una fuente de identificación de aprendizajes necesarios.

Imaginar que los niños y las niñas de infantil puedan darse cuenta de que el entorno natural de su escuela, por ejemplo, está degradado, hacerles pensar sobre el porqué de esta degradación e involucrarlos en hacer algo para mejorarlo, puede ser una experiencia que les permita aprender con sentido y realizar una tarea genuina, de valor. Se trata de que entiendan que hay que cuidar el entorno, de que la acción del ser humano hizo que ese entorno se descuidara, de pensar en cómo ayudar a mejorarlo y a sensibilizar sobre la necesidad de hacerlo. Un proyecto en el que la escuela debe trabajar en colaboración con entidades, administraciones, etc., que puedan dar a los niños una visión más global y estrategias para entender y realizar el proyecto.

Acciones como realizar una observación con criterios trabajados previamente en clase, registrar lo observado –con listas de control, realización de fotografías o dibujos, utilización de tablas…–, realizar un producto con el resultado de la observación para transmitir a responsables públicos, pensar juntos en por qué ese entorno está degradado, de quiénes serán las responsabilidades, imaginar qué podríamos hacer para mejorarlo, pensar en qué necesitamos aprender para hacerlo, diseñar acciones para contribuir a la mejora (frases para emitir en la radio local, animar a las familias a ayudar, elaborar carteles sensibilizadores…), así como todas las propuestas para pensar en lo que están aprendiendo, lo que necesitan aprender, etc., son tareas de aprendizaje enormemente valiosas para el aprendizaje en general y para el aprendizaje de la ciudadanía en particular.

“Como cualquier proyecto o tarea que se desarrolle
en la escuela, todas
las propuestas han
de responder a una línea pedagógica de centro.”

Todo este proyecto ha de partir de una cuidada planificación, en la que se deberá:

• Decidir en el equipo docente qué realidad y necesidades se mostrarán a los niños y las niñas. Seleccionar recursos para mostrarlo, decidir y realizar lo necesario para que se evidencie la necesidad. Decidir la dinámica de trabajo que servirá para que los niños descubran la necesidad con sentido crítico, con carácter ético; pensar de quién es la responsabilidad, cuál es la responsabilidad de cada cual…
• Contactar con agentes externos –profesionales de ong que trabajen sobre ecología, de una radio local, responsables del ayuntamiento…– y compartir el proyecto. Decidir qué puede aportar cada cual.
• Planificar las acciones –con su ligazón curricular–, realizar material para la campaña –dibujos, cuentos, carteles, cuñas radiofónicas…–, con observación, debate, etc., para hacerlo con niños y niñas.
• Planificar la reflexión de los niños y las niñas sobre lo que necesitan aprender y sobre lo que están aprendiendo.
• Llevar la acción a cabo, coordinando la acción de todos los agentes externos y del propio centro, apoyando el aprendizaje.
• Evaluar la acción y contribuir a la propia evaluación de los niños.
• Y diseñar la celebración del proyecto por parte de todos los implicados.

Como el anterior, muchos temas pueden ser generadores de un proyecto de ApS:

• Desde el currículum, como el acercamiento al código escrito, a la escritura, a los libros, al gusto por leer y al hábito de utilizar la lectura como opción en momentos de ocio, averiguando si las personas de su entorno tienen hábitos de lectura y desarrollando acciones para sensibilizar y colaborar en estos hábitos.

• O desde la propia realidad social, como descubrir quiénes recogen animales abandonados en su entorno y colaborar en una campaña para la adopción de mascotas.

• Otras veces son las experiencias compartidas las que nos pueden servir de inspiración, o de referencia para replicarlas. La red española de ApS ha divulgado en los últimos años numerosas buenas prácticas en este ámbito. También la web de Roser Batlle (https://roserbatlle.net/), pionera en la divulgación del aprendizaje-servicio en España, contiene numerosa información muy útil para los maestros que quieran llevar a cabo esta metodología.

“Muchos temas pueden
ser generadores
de un proyecto de ApS”

Haciendo cosas pequeñas, aprendiendo de la propia realidad, siendo protagonistas del cambio social, creando redes entre las personas del entorno, saliendo de los muros de la escuela no solo para observar o participar, sino también para ser protagonistas. Un derecho de los niños y las niñas, una responsabilidad de la escuela.

Eloísa Teijeira, especialista en trastornos de conducta,
EOE (Equipo de Orientación Específico), Pontevedra.

Bibliografía
Gil-Jaurena, I., et al. (2016). «Ciudadanías: significados y experiencias. Aprendizajes desde la investigación». Foro de Educación, 14 (20), 283-303. https://doi.org/10.14516/fde.2016.014.020.014
Mata, Patricia; Gil, Inés, y Aguado, T. (coords.). (2018). Ciudadanías. Aprendizaje de la ciudadanía activa: discursos, experiencias y propuestas educativas. Madrid: UNED.
Teijeira, E. (2016). «Aprendizaje-Servicio, una metodología que funciona». Convives, 16, 5-11.
ue (2010). Carta del Consejo de Europa sobre la Educación para la Ciudadanía Democrática y la Educación en Derechos Humanos. Departa­men­to de Educación.
UNESCO (2015). Global Citizenship Education: Topics and Learning Objectives.

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