«Nuestras vidas son los ríos que van a dar en la mar…». La infancia no conoce a Jorge Manrique, ni a Heráclito, ni a los creadores de Caronte y la laguna estigia… Pero todos ellos fueron alguna vez infancia. Los grandes sabios que se atrevieron a explicar el mundo parecen solo accesibles para los estudiosos de la filosofía. La sabiduría de quienes supieron contar historias, al alcance de los estudiosos de la literatura. Pero el saber erudito de los grandes pensadores estudiados puede venir de experiencias vividas durante la infancia, cuando en los primeros años de vida, e incluso antes, estamos adquiriendo, sin advertirlo, conocimiento sobre quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos.