Ya hace mucho tiempo, Jean-Jacques Rousseau (Ginebra, 1712), filósofo suizo, recogió en sus obras una perspectiva pedagógica relacionada con la naturaleza e influenciada por ella, afirmando que «En el momento de nacer, el niño es ya discípulo, no del mentor, sino de la naturaleza»; es decir, las criaturas poseen una fuerza interior que las guía para conocer, para adaptarse, para crecer. Hay que dejar que fluya.
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