En la actualidad las niñas y los niños, desde que son bebés, están inmersos en un mundo de imágenes y juegos virtuales a través de diversos dispositivos electrónicos, y son cada vez menos las acciones lúdicas con su cuerpo. La tecnología no puede sustituir nunca las interacciones vividas con el entorno y con otras personas, ya que contribuyen a construir las referencias afectivas y cognitivas.