PENSANDO CON IRENE BALAGUER
Gracias por darme esta oportunidad de pensar con Irene una vez más… y gracias a todos los presentes, amigos y amigas, porque vosotros sois los que dais sentido al proyecto colectivo por el que Irene siempre luchó, y sobretodo muchísimas gracias a los que habéis venido de lejos para estar juntos en esta jornada de celebración de la vida y de la infancia.
EL VALOR DE LAS PALABRAS
Encontrar las palabras para llevar a cabo esta presentación de lo que ha significado y significa Irene para l’Associació de Mestres Rosa Sensat, no ha sido nada fácil. Porque pensar con ella implica que el uso de las palabras tiene que ser muy ajustado, tenemos que ser extremadamente cuidadosos, para seguir su ejemplo. Los que estamos aquí presentes y que trabajamos en el mundo educativo, sabemos que muchos discursos pedagògicos están repletos de palabras vacías, superfluas, sin sentido, lugares comunes, o lo que es peor… palabras que se han vaciado de contenido adrede y que se han manipulado hasta darles el sentido contrario. Dar la dimensión justa a las palabras, darles el sentido pleno y rico que las confiere, esta ha sido una de las aportaciones de Irene al discurso pedagògico de Rosa Sensat: palabras como maestro (mestre), infant, respeto (respecte), compromiso…
Palabras que dan forma al pensamiento y a un discurso pedagògico que sigue vivo y rico en toda su dimensión, un discurso que queremos que sea fundamentado y fruto de la reflexión profunda y compartida… y que configura este libro de estilo, de fondo y forma, que se ha ido configurando a lo largo de los años.
Pero las palabras, la reflexión y el discurso no adquieren todo su valor, todo su sentido, hasta que se traducen en acción. Y Rosa Sensat ha sido y queremos que siga siendo una plataforma para la acción colectiva.
ESCUELAS DE VERANO
Las escuelas de verano han sido una de estas plataformas de encuentro, de debate, de toma de compromiso y de acción. En 2015 Irene empezó a diseñar la 50ª escuela de verano con David Mackay y Claus Jensen, con la mirada puesta en la escuela de verano del año 1969, y sobretodo en una de las actividades de debates abiertos, asamblearios, llamados TeachIn, en los cuales educación y política se fundían en un todo. Irene, quiso que la escuela de verano del cincuentenario, recuperara esa frescura y esa vitalidad. Así pues en el 2015, el tema general llevó un título tan sugerente como “Sin límites” y ella misma lo presentó como una invitación para escuchar, pensar, debatir y construir una declaración común sobre tres grandes temas sobre los cuales los educadores debemos tomar posición: ecologías, desigualdades y culturas. Un tema general que se planteaba como la posibilidad de marcarnos un horizonte lo más amplio posible, con modestia y ambición a la vez.
De alguna manera la declaración de ese tema general “Sin límites” quiso ser el parangón de la declaración de la 40ª escuela de verano, que plantea un horizonte para la educación pública de los pueblos de Europa, abierta a nuevas culturas y lenguas. Este documento, fue fruto de la contribución de movimientos de maestros de Catalunya, España i Europa y participaron en su redacción, entre otros muchos, Peter Moss y Philippe Meirieu. En el 2015, se contó también con las aportaciones de educadores de todo el mundo, especialmente de Latinoamérica.
Estos días en que estamos inmersos en la escuela de verano del 2019, quisiera pensar que nos vamos acercando a una escuela de verano que sea ágora i plataforma para caminar hacia la utopía de una educación mejor.
LA VENTANA ABIERTA AL MUNDO
Una de las mayores aportaciones de Irene a las escuelas de verano y al trabajo de Rosa Sensat, en general, ha sido abrir las ventanas al mundo, y un buen ejemplo de eso es todos los que hoy estáis aquí: compañeras de la península ibérica, los italianos, europeos y las compañeras latinoamericanas. Irene sabía bien que el mundo no es un solo mundo, sino que hay muchos mundos, y que entre ellos es posible descubrir confluencias. Y aquí estamos.
LA FUERZA DE LOS DE LOS MÁS PEQUEÑOS
Pero sí una lucha ha marcado su vida ha sido la de los derechos de los más pequeños. Y lo ha hecho desde la convicción de que las niñas y los niños de las edades tempranas son fuertes y potentes, incluso aquellos que pueden parecer más débiles.
Como decía Loris Malaguzzi se expresan con cien lenguajes; solo hace falta que las personas adultas seamos capaces de escucharles. Esta semana en un artículo del Diari de l’Escola d’Estiu, Gino Ferri rememora también a Malaguzzi: “nos animaba a dejar de lado, para siempre, la idea de que había que mirar al niño como si fuera un sujeto que tiene necesidades, y, en cambio, nos empujaba a mirarle a partir del reconocimiento de sus derechos! Y subía el tono de la voz para decirnos, una y otra vez, que el niño capaz y competente no es un sujeto de necesidades, ¡es un sujeto de derechos!”
La lucha de Irene por los derechos de la infancia ha impregnado la vida de nuestra asociación, y una buena muestra es esta jornada que nos reúne aquí.
UN AZUL INTENSO
Y acabo con un color. Un azul intenso. La paredes del edificio de Drassanes, son de un azul intenso. Su vida en la asociación tiene esta intensidad, profunda y presente. Su huella está en ese azul y está aquí, con su compromiso y su implicación.
Desde que tomó las riendas de la asociación, poco después de la muerte de Marta Mata, Irene asumió su legado y se comprometió a continuar su compromiso con la pedagogía y la política: la educación pública, la lengua catalana, y los derechos de las niñas y los niños del mundo. Desde entonces una foto de una Marta sonriente, está presente en el despacho de la ejecutiva.
Termino con unas palabras que Maria Antònia Canals (que hoy no puede estar aquí con nosotros) tiene escritas en un mural en el GAMAR, un espacio dedicado a la formación de los maestros:
“Todos los niños y niñas del mundo necesitan una buena educación, y tienen todo el derecho, como las plantas necesitan el agua. Pero son niños y aún no tienen poder para defender este derecho. Si nosotros no lo hacemos por ellos, ¿quién los defenderá?
