“Ésta es la variable que hemos obviado durante demasiado tiempo, tal vez porque el amor nos da miedo, ya que es la única energía del universo que el ser humano no ha aprendido a manejar a su antojo” Albert Einstein
¿Control o incertidumbre? ¿Respuestas correctas o molinos de preguntas? ¿Qué predomina en nuestra sociedad y en nuestra educación? ¿Cuán líquida es nuestra modernidad? ¿Qué pasa cuando lo insólito acontece?
La incertidumbre nos desafía. Y transforma nuestra vida en una experiencia interesante, que nos catapulta a la posibilidad, entre lo cierto y lo incierto. Que sea posible, exige una puesta en escena, y mucha habilidad. Un estar siendo y haciendo, con aciertos y con errores relativos, nunca absolutos. ¿Cuántas soluciones posibles existen para cada problema?
Una pandemia nos sorprende, comenzando la construcción de un nuevo grupo en el Centro de Educación Infantil Araity. Las reglas de juego cambian abruptamente. ¿Qué lugar tiene la educación? ¿Qué podemos enseñar? ¿Qué podemos aprender? Desde una educación que se resiste a la ingenuidad surge la pregunta por la intención. Surge lo pedagógico, porque surge la pregunta, que es política, y que se orienta al poder-saber.
Continuidad virtual… ¿Por qué seguir?
Rápidamente construimos una vía de comunicación. Un drive, entre integrantes del equipo, para planificar la continuidad de procesos en los que se sustente la construcción de una identidad grupal.
Compartimos fotos, videos, audios, dibujos. Niños, niñas, familias, educadoras y educadores nos comunicamos. Empieza la construcción de un diálogo virtual. Diálogo que entendemos necesario. ¿Por qué? Para continuar garantizando el derecho a la educación. Derecho que se fundamenta en el reconocimiento de los seres humanos como seres sociales, y en que el saludable desarrollo se construye y se sostiene con otros. Porque asumimos nuestra corresponsabilidad en la educación y crianza de los niños y niñas, acompañando a las familias, en un escenario complejo y desafiante, que nos convoca a compartir posibles estrategias para bucear en la incertidumbre, desde el pensar y el sentir.
“Recuperación emocional”
El tiempo y espacio educativo de niños y niñas es de juego, de aprendizajes, de construcción de vínculos, y por tanto un tiempo y espacio vital. En este sentido, nos propusimos darle continuidad a las significativas experiencias y encuentros, que fundan y desarrollan su subjetividad.
“Por otro lado y desde la implicación emocional que significa esto también para los y las educadoras, es importante estimular un retorno desde niños y niñas de estas comunicaciones, desde diferentes recursos (…) que traigan las voces de niñas y niños. Esto no es sólo importante para el logro de esa continuidad, sino también como recurso de recuperación emocional para educadoras y educadores, que también se ven afectados (y mucho) frente al distanciamiento físico con quienes construyen día a día un lazo de atención y educación que los enriquece en su rol y función de potenciar el desarrollo integral de niños y niñas” (Etchebehere, G. 2020)
Sí, también extrañamos mucho los encuentros cotidianos. La puesta en juego de nuestro rol, expresado desde las miradas, la voz, el movimiento, los gestos, las emociones.
Proponemos entonces, un ida y vuelta. Pro-poniendo y no im-poniendo. Habilitando, en definitiva, la construcción de ciudadanía, poniendo en juego la escucha, promoviendo la participación y el encuentro, la continuidad del vínculo, que es sostén y esencia de lo educativo. Creo que ese es el gran objetivo. El primero, por lo pronto.
Educar transformando. Transformar educando
Crear y expresar, jugar, son pilares de nuestro posicionamiento pedagógico, desde el que promovemos: el desarrollo y la afirmación de la identidad, el aprendizaje de una realidad compleja en la que las posibilidades se multiplican, y las experiencias desafiantes que conectan con el placer cuando lo incierto se sabe interesante y huele a posibilidad.
Así, como “aprendiseñantes”, con vasta experiencia en el crear, nos encontramos en un escenario novedoso, en el que la creatividad es pieza clave. Bucear en la incertidumbre, es una práctica cotidiana de la educación transformadora, que se sustenta en la praxis, en la escucha, en la interacción y en la coautoría de aprendizajes.
“Hacer porciones de amor comestibles”
Hay quienes dicen que “cocinar es hacer porciones de amor comestibles”. La cocina, como la educación, nutre y es transformadora, porque también posibilita el despliegue del jugar, del crear, del experimentar y del compartir con otros.
Receta de Antonia (3 años) y su hermana Juana (6 años)
Y aunque muchas veces, cocinamos siguiendo al pie de la letra alguna receta, no escapamos a la incertidumbre: ¡y hay que probar!
“La cocina me resulta mágica, es increíble cómo una misma receta hecha por personas distintas pueda ser tan diferente, o cómo una misma receta, hecha por la misma persona en días diferentes, puede casi llegar a parecer otra comida. El ánimo que uno le pone a la cocina, sin duda, se transmite…
y el amor también.” (Ruete, D. Folle, J. 2019: 50).
La educocina plantea la relación entre cocina, educación y transformación. Visibilizando que, la cocina, como la educación, como la vida, es integral. Integrando personas, disciplinas y habilidades. “¿A quién no le pasó? (…) El pan no leudó: quedó chato y duro (…) Si lo proceso poco va a quedar irregular y esas migajas también son deliciosas en sopas y ensaladas. Si sigo procesándolo, logro el pan rallado convencional.” (Ruete, D. Folle, J. 2019: 159).
Plasti – Cuenti – Expe – Cocina
Desde la literatura, el cuento FRUTIFRESA FRAMBUCEREZA, de Virginia Brown, nos invita a deleitarnos con sabores insospechados. La mezcla de sabores da lugar también a jugar, creando nuevas palabras para nombrarlos. Y surge entonces, la idea de planificar un proyecto: Plasticuentiexpecocina. En el que la cocina es, además, un espacio para la experiencia estética y la experimentación científica: una escuela – laboratorio – taller ¡en nuestros hogares!
En tiempos de estar en casa y junto a nuestras familias, la cocina puede ser el espacio protagonista, para nutrirnos, sí, pero también para descubrir la complejidad, la sorprendente realidad en la que todo está interrelacionado (https://drive.google.com/file/d/1QIASHzQcK4stw0cYdfJeaLvm1dqwjpv_/view). Realidad y ficción también se integran en este proyecto. ¿Quién alguna vez jugó a cocinar? Julia (3 años), Jacinta (5 años) y su hermana Camelia (2 años), nos comparten sus juegos (https://drive.google.com/file/d/1QG-jgZoILYsW4J59b4OgHTMRNcsE5Jpp/view).
Mi cocina, se transforma entonces, en el escenario de la comunicación y de la educación virtual. A través de videos, comparto con el grupo esa transformación de una cocina que a veces es biblioteca, con distintos formatos de recetarios, con cuentos que proponen experimentos o que narran historias inverosímiles y humorísticas. Y que otras veces, con un “abra cadabra”, se transformará en un laboratorio para experimentar o en un taller para pintar. En este diálogo virtual, la cocina de los niños y niñas también se transforma.
Jacinta, 5 años: https://drive.google.com/file/d/1PgeR_rnP2kyzKuWjW_xY4HTU8X51gxIO/view
Piero, 4 años,
y su hermana Renata:
https://drive.google.comfile/d/1tD73CDmuniYb3rauqSu-AT4x6xx04zC3/view
Extrayendo pigmentos de algunos ingredientes también podemos teñir nuestros alimentos.
Matilda (4 años) tiñe el arroz con remolacha. Y con porotos negros,
Jacinta (5 años), cocina arroz negro.
(Arroz magenta: https://drive.google.com/file/d/1idctcATrVX6PZcz5pzAIVdTdG-0lSdz-/view Arroz negro: https://drive.google.com/file/d/1V1g713ZWkDjzhvgAjt9m0QtEfzymdbm2/view).
Piero nos comparte sus dibujos de superhéroes, y Camilo sus máscaras. ¿Podemos integrar también los superhéroes con la cocina? Cocinamos pizza Flash y escones Hulk.
Tomás (3 años), cocina escones Hulk usando espinacas para teñir la masa
Se articula entonces la educación y la vida cotidiana, habilitando la cooperación y la participación de los niños y niñas en una actividad familiar cotidiana, y por tanto posibilitando a su vez el desarrollo de su autonomía.
Compartiendo el cocinar como una actividad profundamente transformadora si se dedica el tiempo para prestar atención a sus infinitas posibilidades de aprendizaje,
de experimentación e investigación. Dónde se integra la química, la expresión plástica, la lectura, la participación,
la observación, la experimentación.
En definitiva, vivir es jugar: crear y creer. Asumir riesgos, convivir con lo incierto. Transformar, y compartir porciones de amor.
Referencias bibliográficas
Bauman, Z. Modernidad líquida. Fondo de Cultura Económica. México, 2004
Brown, V. Frutifresa frambucereza. Alfaguara. Montevideo, 2020.
Deleuze, G. Proust y los signos. Anagrama. Barcelona, 1972
Dinello, R. Tratado de educación. Magró. Montevideo, 2007.
Etchebehere, G. La atención y educación de niños y niñas en primera infancia durante la pandemia. Montevideo, 2020. Disponible en: http://www.omep.org.uy/wp-content/uploads/2015/06/MENSAJE-PARA-TRABAJADORES-DE-AEPI.pdf
Fernández, A. Poner en juego el saber. Nueva Visión. Buenos Aires, 2002.
Reyes, R. ¿Para qué futuro educamos? Biblioteca de Marcha. Montevideo, 1971
Ruete, D. y Jimena Folle. Educocina. La transformación educativa empieza en la cocina. Grijalbo. Montevideo, 2019
Maestra Karen Rijo
Educadora en el Centro de Educación Infantil Araity
Docente en la Carrera de Educador en Primera Infancia (CENFORES – INAU).