La arquitectura es como el marco que crea ambientes para nuestras experiencias, “es el recinto dentro del cual se encuentra un ser vivo que lo habita… el recinto que actúa sobre el habitante como un envoltorio” (Trias, 1991). Un cerco que cobija y protege, superando desigualdades y reivindicando derechos.
¿Cómo puede ser el espacio que enmarque la escuela infantil, el preescolar y la escuela habitable que brinde bienestar físico y emocional a los bebés y niños que viven plenamente su infancia?
En Infancia Latinoamericana número 29, Xavi Rodríguez Soriano – arquitecto autor de proyectos educativos, espacio público e infancia en diferentes países y miembro del grupo de trabajo sobre “Como está el patio” de la Asociación de Maestres Rosa Sensat – relata que la escuela más bonita que conoció fue en un pequeño pueblo del sur de Malí, donde maestros y niños se reunían bajo la fresca sombra de un árbol de mango, lamentablemente pronto trasladados a un austero edificio con pizarras y un calor infernal. Esto nos puede servir de referencia para evaluar la relación entre arquitectura y experiencia y, en otras palabras, entre arquitectura, producción de conocimiento y aprendizaje. Y también para reflexionar sobre la relación entre arquitectura, arte, espacio y la infancia que queremos ver vivida por los niños.
“El niño tiene derecho a crecer en lugares agradables y cuidados”, dice la atelierista italiana Vea Vecchi (2020), reafirmando un principio estratégico para la calidad de la educación infantil practicado y defendido por Loris Malaguzzi a lo largo de su obra. Desde este punto de vista, la arquitectura, así como la organización y uso del espacio, el tiempo y los materiales, es parte del proyecto pedagógico y revela la convivencia pedagógica y cultural que brindamos a bebés y niños.
“La arquitectura, así como la organización y uso del espacio, el tiempo y los materiales, es parte del proyecto pedagógico y revela la convivencia pedagógica y cultural que brindamos a bebés y niños”
“Los espacios, los materiales, los colores, las luces, los muebles deben participar y ser solidarios con la gran alquimia que crece en una comunidad” (Vecchi, 2020). Así, la arquitectura y la organización de los espacios estructuran implícitamente la sociedad que deseamos.
Considerando el lugar esencial de la naturaleza en la vida y educación de los/as pequeños/as, podemos considerar que una mayor comunicación entre las áreas internas y externas de la escuela infantil, preescolar y escolar es indicativo de calidad. Además, la guardería/centro de educación infantil/escuela bressol da la bienvenida al primer paso hacia el espacio público y es un foro para la sociedad civil como lo afirman Gunilla Dalberg, Peter Moss y Alan Pence (2003).
Si concebimos el papel de la educación como brindar a los bebés y niños oportunidades de exploración, conocimiento del mundo y su reinvención, entonces el espacio debe ser capaz de acoger, invitar y apoyar las experiencias de estos niños y niñas. Para ello, es necesario superar la forma tradicional de tratar la arquitectura al servicio de una escuela infantil, preescolar y escuela que confina, custodia y restringe la experiencia de los niños -como ya denunciara Foucault en Vigilar y Castigar-, un triste y adusto que enmarca espacios pobres y abandonados y que, a su vez, empobrecen y coartan el derecho de los niños a la alegría ya la belleza, al bienestar físico y emocional.
“Es necesario superar la forma tradicional de tratar la arquitectura al servicio de una escuela infantil, preescolar y escuela que confina, custodia y restringe la experiencia de los niños”
Esta edición 34 de Infancia Latino Americana quiere traer a discusión y dar visibilidad a políticas públicas y proyectos arquitectónicos que dialogan con las culturas, la escuela, que ofrece las condiciones para el desarrollo cultural de niños, significan siempre una lucha por nuestra emancipación, por el respeto a las culturas de los pueblos originarios, ribereños, caiçaras1, quilombolas2, pomeranos, afrodescendientes.
Con el fin de fortalecer la idea de tener el paisaje y la arquitectura como un derecho, Argentina nos ofrece, en la sección TEMA, un artículo que relata cómo las políticas públicas pueden favorecer la integración de áreas exteriores de los Jardines de Infancia en la Provincia de Buenos Aires, con el diseño de espacios concebidos desde una arquitectura que garantice la igualdad, reconozca las diferencias y promueva los derechos.
En la sección ENTREVISTA, Beatriz Goulart comenta las ideas de Paulo Freire para pensar el espacio y las experiencias de los niños y niñas en una escuela infantil saludable y sustentable. Arquitecta de formación e investigadora de los procesos participativos en la escuela y en los espacios urbanos, reflexiona sobre el papel de la arquitectura que cobija la urgente transformación de la forma y organización escolar. Concluye señalando que no se trata sólo de arquitectura, sino de la cultura escolar en su conjunto, ya que la educación dialógica defendida por Paulo Freire exige territorios democráticos, sostenibles y bellos.
“No se trata sólo de arquitectura, sino de la cultura escolar en su conjunto, ya que la educación dialógica defendida por Paulo Freire exige territorios democráticos, sostenibles y bellos”
En la sección CULTURA Y EXPRESIÓN tenemos dos artículos. Un artículo de Brasil que busca relatar la experiencia de implementación del Centro de Educación y Cultura Indígena, entre 2003 y 2004, en el territorio indígena Tenondé Porã, ubicado en el extremo sur de la ciudad de São Paulo. En él conoceremos un poco la perspectiva de los indígenas Gurani Mbyá sobre cómo piensan y organizan la educación con niños y niñas hasta 05 años en la búsqueda de la preservación de su cultura. El segundo artículo, presentado por Uruguay, destaca la importancia de los procesos de formación permanente de los/las educadores/as en la construcción de la sensibilidad de quienes educan, para desarrollar la escucha atenta y la observación de lo que hacen y dicen los niños, a fin de capacitar a niños y niñas poderosos y entornos y escenarios lúdicos desafiantes. En este artículo, Sandra Cardona presenta la discusión de los espacios educativos como “ambientes que favorecen el desarrollo de los aprendizajes de los estudiantes. Estos espacios facilitan las interrelaciones de los estudiantes con personas, objetos, realidades o contextos, los cuales brindan valiosas experiencias e información para lograr metas específicas o resolver problemas con pertinencia y creatividad. Estos espacios se diseñan y organizan según las concepciones sobre cómo aprenden los estudiantes, y se utilizan según las intenciones pedagógicas de los docentes y la propia curiosidad de los estudiantes” (Minedu, 2016a. p. 193).
En la sección EXPERIENCIA, compañeras de Uruguay cuentan la experiencia de transformar el espacio de un Centro de Atención a la Infancia y la Familia que atiende a niños y niñas de 0 a 3 años en una de las regiones más vulnerables de Montevideo. Esta propuesta de transformación, surge de la percepción de que la forma en que se presentaba el espacio del Centro no permitía una propuesta educativa que respetara los derechos de la niñez como protagonista de sus procesos únicos de desarrollo cultural en una perspectiva de autonomía e investigación. El texto cuenta cómo la investigación, el intercambio y la reflexión en un equipo de diferentes profesionales llevaron a la producción de un espacio que promueve el encuentro con la naturaleza, la resignificación de los corredores y el patio con el fin de promover la expresión de los niños en diferentes lenguajes. al mismo tiempo pueden dar lugar al movimiento, a las experiencias sensoriales, al encuentro
y también al refugio que muchas veces los niños necesitan para estar solos o en pequeños grupos. El texto muestra cómo el diálogo con las prácticas educativas y con las necesidades e intereses de los niños ha mostrado la importancia de vivir espacios que se transforman de acuerdo con los siempre nuevos intereses de los niños.
“El diálogo con las prácticas educativas y con las necesidades e intereses de los niños ha mostrado la importancia de vivir espacios que se transforman de acuerdo con los siempre nuevos intereses de los niños”
También en la sección EXPERIENCIA, Chiqui González relata los “Paisajes de la Nueva Ciudadanía” con la creación del Tríptico de la Infancia y el Tríptico de la Imaginación, en la ciudad de Rosario, Argentina – espacios públicos de juego y convivencia, dirigidos a los niños, pero no solo a los ellos: un espacio que provoque un encuentro intergeneracional creativo con el medio ambiente, la cultura, la ciencia y la construcción. En estos espacios se articulan realidad e imaginación, lógica y creación, juegos, lenguajes, naturaleza y cultura para superar los antagonismos arraigados en el pensamiento occidental que no permiten percibir cuerpo y mente, teoría y práctica, forma y contenido, sujeto y objeto como elementos que se integran en un mismo movimiento. Con un fuerte atractivo estético, estos espacios son una invitación para que los adultos superen la cotidianidad y se entreguen al placer de la lógica infantil. Es, al mismo tiempo, un modelo de ciudadanía que aúna memoria histórica y deseo de futuro, un espacio poético que, en palabras del autor, es “una manera de poner en escena la utopía del vivir y el recorrido pedagógico”.
“Un espacio poético que, en palabras del autor, es “una manera de poner en escena la utopía del vivir y el recorrido pedagógico”
El uso de instrumentos que miden espacios para los niños es el tema de la sesión REFLEXIONES PEDAGÓGICAS, donde podremos conocer cómo el Perú viene trabajando en este tema para garantizar que los niños tengan el derecho a vivir sus experiencias educativas en espacios colectivos de calidad. En este sentido, los autores del artículo señalan algunos aspectos que en las escuelas infantiles se deben plantear en la búsqueda de la calidad de espacios adecuados para los niños y niñas más pequeños de nuestra sociedad, (en especial para niñas y niños a partir de los 2 años y medio).
En la sección HISTORIA DE LA EDUCACIÓN, un artículo que comenta la implementación de Parques Infantiles en la ciudad de São Paulo, que dio origen a la primera red pública de educación preescolar brasileña. Al mismo tiempo, honra el centenario de la Semana de Arte Moderno de 1922, que marcó una revolución en el arte brasileño. El poeta Mário de Andrade, participante de la Semana, también fue el creador y gestor inicial de la implementación de los Parques Infantiles en la Secretaría de Cultura de la Municipalidad, una experiencia educativa que, aunque no escolarizada, garantizaba para niños y niñas de 3 a 12 años, hijos e hijas de familias populares, la oportunidad de pasar su infancia jugando, en contacto con la naturaleza, apropiándose de las manifestaciones culturales brasileñas y produciendo cultura.
Concluimos esta edición trayendo, en la sección 100 IDIOMAS, la visión infantil de la ciudad. Presentamos el informe de una investigadora uruguaya que invita a niños y niñas a compartir sus percepciones y opiniones sobre los diferentes usos que les dan a los espacios públicos de su barrio. La idea es que hagamos la revolución de los ciudadanos de poca edad, donde las niñas y los niños puedan salir a las calles y plazas.
Al final de este editorial, cabe mencionar la obra del premiado arquitecto de Burkina Faso, conocido internacionalmente por su obra. Diébèdo Franscis Kéré armoniza la estética con el confort térmico y la luz natural para una escuela en su pueblo natal en África Ecuatorial y garantiza con su proyecto una temperatura interna de las aulas 5 grados por debajo de la temperatura externa, considerando, al mismo tiempo, la cultura productiva de vivienda con los materiales del territorio y los conocimientos técnicos más desarrollados para producir una experiencia estética y un entorno que favorezca el desarrollo cultural de los niños que, por primera vez, asisten a la escuela en su pueblo de origen. Esperamos que la experiencia premiada sirva de inspiración para que se construyan escuelas nuevas y revolucionarias en las que, como diría Paulo Freire, cambiemos “la cara de la escuela” por un lugar donde la belleza y la alegría estén presentes.
Consejo editorial de Brasil
NOTAS:
1- Caiçaras, pescadores artesanales que viven en comunidades frente al mar.
2- Quilombolas, pueblos de las regiones remanentes de quilombo, que eran comunidades formadas por esclavos fugitivos en la época de la esclavitud), pomeranos (Inmigrantes de Pomerania que tuvieron que huir de sucesivas crisis y persecuciones en Europa para intentar rehacer su vida en Brasil y que tienen todavía poca integración con la cultura brasileña.
referencias:
• DALBERG, Gunilla; MOSS, Peter e PENCE, Alan (2003). Qualidade na Educação da Primeira Infância – perspectivas
pós-modernas. Porto Alegre: Artmed.
• FOUCAUL, Michael (1987). Vigiar e Punir. Petrópolis: Editora Vozes.
• VECCHI, Vea (2020). Prólogo. In: Hoyuelos, Alfredo. A Estética no Pensamento e na Obra de Lóris Malaguzzi. São Paulo: Phorte Editora.
• TRIAS, Eugenio (1991). Lógica del Límite. Barcelona: Destino.