Síntesis: La experiencia de los Fogones de la Memoria es una propuesta de un Colectivo de educadoras/es uruguayas de primera infancia que tiene como objetivos principales contribuir a la construcción de memoria y DDHH con infancias y a través de lenguajes diversos que le son propios.
“La historia de una madre es parte de la historia que los hijos desean conocer
La historia de un pueblo es parte de la historia que sus hijos deben conocer” Alicia Sabatel.
¿Las infancias tienen derecho a la memoria? ¿Quiénes y cómo les contarán las historias recientes?
Los Fogones de la Memoria nacen de estas interrogantes.
Nuestro Colectivo está formado por Educadoras de Primea Infancia que nos preguntamos qué lugar tienen las/os niños en los espacios sociales cuándo las personas adultas hablamos de DDHH y memoria.
Las/os niños van con sus familias a la marcha del 20 de mayo, pintan margaritas en su barrio, ven en los muros de la ciudad las imágenes de hombres y mujeres desaparecidas, visitan sitios de memoria. ¿Qué les contamos (si lo hacemos) y cómo los hacemos parte de estas circunstancias de las que están siendo testigos hoy?
En nuestro país como en la mayoría de los países latinoamericanos que han sufrido las consecuencias del terrorismo de Estado desde mediados de la década del 60 hasta 1985 han sido las víctimas, sus familias y las organizaciones sociales defensoras de DDHH quiénes se han hecho cargo de poner voz (y cuerpo) a los horrores sufridos.
El escaso y lento proceso de justicia como acto reparador de las víctimas y de la sociedad en su conjunto nos va llevando por el penoso camino de la impunidad biológica. Mueren impunes y en silencio quiénes cometieron los crímenes de lesa humanidad y mueren sin justicia ni reparación las/os sobrevivientes, madres y abuelas que han sido no sólo las que incansablemente buscan a sus hijas/os y/o nietas/os desaparecidas/os sino las transmisoras del contexto histórico del que sus familiares fueron protagonistas, de sus ideas, sus luchas, sus búsquedas y sueños de una sociedad más justa y solidaria para todas /os.
Ese legado histórico transmitido en los espacios familiares o comunitarios más cercanos a las niñas/os, historias de vida, fotografías familiares, cuentos, canciones es necesario conservarlo y reproducirlo. Los/as niños/as pequeños/as han sido muchas veces excluidos/as de las propuestas educativas relativas a la memoria histórica y a los derechos humanos por ser considerados/as “incapaces” de entender los acontecimientos sociales, intentando transmitir ideas de un mundo “sin conflictos”, como si de esa manera los pusiéramos a salvo de los verdaderos “conflictos” que viven a diario: violencia, injusticia, precarias condiciones de vida.
En cada acto pedagógico hay una opción ideológica, los soportes visuales que elegimos, canciones, narrativas, etc., dan cuenta de ello. La idea de mostrar a los/as niños/as un “mundo feliz” no sólo los/as subestima, sino que termina siendo la aceptación de la lógica del mercado que impone a las infancias formas, personajes, colores, historias, que considera únicas y valederas para todos/as.
Por estas razones nuestra propuesta tiene como objetivo contribuir a la construcción de unos relatos, en formatos que le son propios a la primera infancia, juegos, música, narraciones que permitan a los niños/as “recibir” el legado cultural de la clase trabajadora en relación a sus luchas, sus conquistas y la memoria de sus compañeras/os.
Nosotras elegimos narrar y cantar las historias de “los/as vencidos/as”, las que hablan de sus sueños e ideas de un mundo mejor para todos/as.
Como dice Elizabeth Jelin, para “dejar abierta la posibilidad de que quienes «reciben» le den su propio sentido, reinterpreten, resignifiquen y no que repitan o memoricen”. Nos interesa construir memorias en los territorios como apuesta a que allí donde el terrorismo de estado dejó huellas del horror se transformen en lugares de vida, de otras perspectivas para las nuevas generaciones.Así es que desde el año 2020 venimos trabajando en el marco de la Secretaría de DDHH del PIT-CNT (Convención nacional de trabajadores del Uruguay) con esta propuesta que se desarrolla en espacios públicos, locales sindicales, cooperativas de viviendas, sitios de memoria.
El Fogón es un espacio circular alrededor de una pequeña fogata donde llega el Baúl de la Memoria con una breve presentación donde niñas y niños expresen a través de sus palabras que es para ellos la memoria: “un cuento”, “es lo que me pasó ayer”, “es lo que te guardas en el corazón”, “memoria es lo que tiene mi abuela”, “yo no tengo memoria me olvido de todo”, “a los grandes les crece la memoria”. ¿Qué creen las niñas/ que tendrá este baúl? Y aparecen las más variadas respuestas desde las más “lógicas” como cuentos, canciones, un instrumento a las más imaginativas: un dragón, un duende, un dinosaurio, una torta de chocolate. Contamos entonces que hace mucho tiempo estuvo prohibido abrir este baúl y que muchas historias, cuentos, canciones no pudieron contarse y las/os invitamos a buscar palabras o sonidos mágicos que sólo las niñas/os saben para que pueda abrirse y aparecen la diversidad de experiencias y lenguajes de las infancias. El baúl de la memoria se abre con el relato o libro elegido.
En estos dos años de Fogones narramos algunos cuentos argentinos prohibidos durante la dictadura como La Planta de Bartolo y El Pueblo que no quería ser gris.
Trabajamos con el cuento “En la selva hay mucho por hacer” de Mauricio Gatti, quien cuenta a su hija pequeña a través de la ficción las razones de su prisión política y que es un canto a la libertad, a la solidaridad y a la lucha colectiva.
Comenzamos a elaborar nuestros propios relatos con historias de vida de uruguayas/os que fueron víctimas de la dictadura. Elaboramos relatos de ficción basados en algún episodio particular de la vida de estas/os compatriotas.
El Fogón de Elena Quinteros cuenta la historia de la maestra secuestrada y desaparecida, narra su compromiso militante con la vida y el contexto histórico que le tocó vivir.
El Fogón de las Abuelas narra la historia de Mariana Zaffaroni, niña secuestrada en Argentina junto a sus padres y robada su identidad. El relato se basa en el testimonio de Mariana para la serie Así Soy Yo realizada por PakaPaka.
Seguido a la narración comienzan las canciones creadas por el Colectivo o tomadas del cancionero popular. A partir de allí la invitación a jugar, pintar, modelar. Finalmente, las niñas/os son invitados a compartir sus producciones en el espacio del Fogón y a despedirse con una canción creada para esa instancia.
A modo de reflexión final, algunos aprendizajes…
- Las propuestas de los Fogones son apropiadas para niñas/os de todas las edades. Las actividades siempre consideran a las niñas/os más pequeños.
- Las personas adultas son participantes activas en un rol de acompañantes generándose un espacio intergeneracional.
- La ausencia de una política sostenida en materia de educación, derechos humanos y memoria en el país deja nuevamente en manos de militantes y profesionales de áreas educativas la tarea de construir propuestas que hagan posible transmitir el legado histórico de las luchas por memoria, verdad y justicia.
- Estamos transitando en Uruguay el año del 50 Aniversario del Golpe de Estado y de la Huelga General, se han acentuado los relatos negacionistas del terrorismo de estado La Educación uruguaya sufre uno de los embates más retrógrados de las últimas décadas. En el área específica de la historia, la reforma avanza recortando contenidos vinculados al pasado reciente y los derechos humanos.
Queremos contribuir desde los espacios sociales a activar memorias que permitan a las infancias construir un presente y un futuro con dignidad, igualdad y libertad para todas/os.Entender a las niñas/os como sujetos con derechos a la participación es confiar en sus capacidades y potencialidades.
Compartimos el relato de una joven mamá que nos confirma la necesidad hacer memoria colectivamente teniendo a las infancias como protagonistas
Mara tiene 27 años, es afiliada a su sindicato y milita en su barrio, tiene un gran compromiso con el tema de DDHH. Su padre fue preso político.
El 20 de mayo decidieron hacer margaritas que con la foto de algunas/os compañeros desaparecidos. Maxi tiene 4 años y es su hijo.
Cuenta Mara…
“Se puso a mirar las fotos y a preguntar, ¿esta quién es? ¿cómo se llama?
Yo le fui diciendo…y pregunta: ¿dónde están? Acá en las fotos, le digo.
¿Pero dónde están de verdad?
“Esteee, ahora no están., le digo. El insiste ¿adónde fueron?
Bueno le digo, cuándo seas más grande te cuento.
¿Más grande cómo Lucía? me pregunta.
Si, le contesté y tenía un nudo en la garganta. No sabía cómo iba a explicarle con 4 años que era un desaparecido.
A los pocos días salimos con las vecinas a plantar las margaritas por el barrio.
Cuándo volvimos lo llamé al sillón, cómo hacemos cuándo hablamos de cosas importantes. Le dije: el otro día me preguntaste dónde estaban las personas que pusimos su foto en las margaritas.
Si dijo, prestando atención a sus dinosaurios que no quedaban parados en el sillón. Yo buscaba las palabras más adecuadas. Quería contarte que…
Pero yo ya sé, dijo sin prestarme la más mínima atención.
¿Pero qué sabes?
Y sin abandonar su principal tarea con los dinosaurios dijo: Que Elena es maestra, que Julio trabajaba en la fábrica cómo el Tata y que eran buenos, que antes vivían y eran como vos…
¿Cómo yo? ¡Si, unos luchones!
¿Y quién te contó todo eso? Lucía que es grande porque ya tiene siete.
Colectivo Fogones de la Memoria. Uruguay
Contactos: fogonesdelamemoria@gmail.com
Facebook: Fogones de la Memoria.
Bibliografía
Robatto, A. Colonnese A. Enseñar en la memoria histórica: una opción ética y política. Artículo en Boletín Digital ADES. Junio 2020
Gallardo, M. Pedagogía de la memoria y literatura infantil. Una propuesta de taller en el contexto chileno. Artículo.